Paseo y cuenta atrás para el Barcelona

liga bbva | barcelona 6 - málaga 0

Paseo y cuenta atrás para el Barcelona

Paseo y cuenta atrás para el Barcelona

Sin rival, el Barcelona se ha paseado en el Camp Nou y ha sumado una nueva goleada en un partido en el que la renuncia del Málaga desde el primer minuto le ha permitido vivir con absoluta tranquilidad y sin llegar a sentir la presión por la victoria del Real Madrid. El Barça parece haber recuperado, pese a la mala noticia de las lesiones de Touré e Iniesta, las buenas sensaciones tras la zozobra de febrero y descuenta una jornada en la carrera hacia el título. Quedan diez finales.

Diez, nueve, ocho, siete... la Liga entra en su cuenta atrás y el Barcelona ya cuenta con los dedos de las manos las finales que le restan para escapar al acoso del Real Madrid que, inasequible al desaliento, había cumplido una vez más con su parte del trato: ganar y colgarse de la televisión, del transitor, de la esperanza al fin y al cabo. Pero esta no era la jornada. Se intuía un buen partido de fútbol, con los erigidos en reyes del fútbol cada uno en su nivel: el equipo que mejor juega de entre la nobleza española (y seguramente europea) y el que más y mejor venía proponiendo de entre los modestos, asalto a la zona UEFA incluida. Al final no hubo tal cruce de finas espadas sino una exhibición colosal del Barça ante un Málaga que no fue nada, cuyo partido se debería juzgar a partir de la incomparecencia.

A lo suyo, el Barça demostró que marzo no le traía idus sino oxígeno, la vuelta a la senda triunfal tras la zozobra de febrero. Otra vez buen fútbol, otra vez resultados incontestables, otra vez control imperial ante rivales a los que les crecen los complejos. El Málaga, víctima anónima de turno, salió al Camp Nou asustado, con muchas bajas y Duda en el banquillo, sin más plan que agolparse atrás y ver pasar el balón a la velocidad de la luz. Sin atacar y sin casi defender. Sin doblar los marcajes a Messi, sin presionar arriba, sin buscar contras, sin ahogar a Xavi, que tenía campo y compañeros libres cada vez que controlaba el balón. Y eso, ya se sabe, significa ejecución sumarísima para cualquier rival.

Así las cosas el calendario pareció retroceder toda una vuelta del campeonato a los tiempos en los que el Barcelona aplastaba a sus rivales en el Camp Nou y cerraba los partidos en cuestión de minutos, con goleadas casi groseras en los primeros tiempos y relax sonriente en los segundos, jugados de cara a la galería. Al equipo de Guardiola se le puede agradecer, en todo caso, que no estuvo nunca tacaño, jamás ramplón con su propuesta. No se limitó a ganar, algo que intuyó desde el pitido inicial y que casi cerró con el primer gol a los 18 minutos, sino que se gustó, gustó y regaló a los aficionados otra de sus exhibiciones marca de la casa, con todas las luces encendidas y todas las estrellas brillando. Una máquina total adornada con seda que sólo torció el gesto con los problemas físicos de Touré, Iniesta y Xavi.

Goles para todos los gustos

El resumen del partido bien podría ser una narración, casi una secuencia fotográfica, de los goles del Barcelona, joyas de toda clase en las que cristalizaba un dominio arrollador, un porcentaje de posesión que rondó el 75% durante el primer tiempo, que arrojó unos datos sonrojantes para el Málaga, acaso y sorprendentemente el equipo más dócil que ha pasado por el Camp Nou: 0 tiros a puerta, 0 tiros fuera, 0 córners, 1 llegada al área. En el lado contrario, el Barcelona le castigó con una circulación ágil, vertical y fluida por ambas bandas. Iniesta y Sylvinho conectaron al equipo de salida, Messi y Alves aparecieron por pura lógica, Henry fue el mejor Henry y Xavi gobernó el partido a su antojo y apareció por el área para, con los papeles invertidos, controlar un gran pase de Etoo y abrir la lata, que esta vez venía con abrefácil.

El camerunés, ansioso por el retraso de su cita con el gol, contempló como Messi llamó a la pañolada con un golazo con su sello inconfundible, eslalon con quiebro genial en el área, y como Henry aprovechaba otra asistencia impecable de Xavi para seguir alimentando con cifras la recuperación que luce en el césped. Sólo entonces el camerunés, cerca del descanso, fusiló a un desolado Goitia (que evitó una goleada mayor) tras una combinación de lujo que cruzó de banda a banda y pasó por Sylvinho, Messi y Xavi en medio de una maraña defensiva de papel.

Así se consumió el primer tiempo, con el partido más que cerrado y jugadores como Eliseu o Apoño sin haber dejado ni una gota de su prometedor estado de forma en el Camp Nou, que recibió el segundo tiempo con más dominio y más ocasiones del Barça. Messi perdonó por dos veces ante el portero antes de que Alves agradeciera un impecable gesto técnico de Iniesta con un remate de cabeza que superó en vaselina a Goitia, que encajó el sexto tras repeler un cañonazo de Sylvinho. El rechace fue pare Henry que habilitó a Etoo que, a placer, reafirmó su romance con el gol y sumó (y siguió) en su camino hacia el Pichichi.

Hasta el final pudieron llegar más goles, remate franco de Bojan incluido, ante un Málaga que, con el partido ya dormido y el Barcelona recreándose, dejó algunos destellos ofensivos que sirvieron para que Valdés y Cáceres aprovecharan la noche feliz para dar lustre a sus cuestionados nombres. El central, que pudo marcar en un cabezazo, evitó con velocidad (su mejor arma) un par de ocasiones claras del rival que cuando por fin remató se encontró con Valdés, especialmente acertado tras cabezazo de Salva a la salida de un córner. Eran ya minutos de fogueo, para rellenar el expediente. El Málaga no plantó cara y pasó por el Camp Nou sin hacer ruido, sin levantar la voz, sin tocar nada no fuera a romperlo. Sumamente educado, el equipo de Tapia puso una alfombra roja al fútbol del Barcelona y se puso a mirar. El resultado, seis goles que pudieron ser el doble. Pero cuando el Barça juega así consigue que el resultado sea lo de menos. Con brillo y con mucho fútbol, el equipo de Guardiola descuenta otra jornada en la carrera liguera y avanza vivo (muy vivo tras sus últimas exhibiciones) con la mirada puesta todavía en todos los títulos. Y eso, como su juego, es un lujo.