La plantilla tiene la consigna de jugar cada uno de los 12 partidos que restan como una auténtica final. El objetivo de la Champions está cercano pero aún no hay nada definitivo y Manolo Jiménez no quiere ni puede permitirse más tropiezos. La diferencia de puntos que el Sevilla mantiene con sus perseguidores les sitúan seguros en la tercera plaza, pero todavía tienen pendientes los enfrentamientos con rivales directos. Entre ellos, el Málaga, que por méritos propios ostenta puesto de UEFA y sueña, por qué no, con dar el campanazo clasificándose para la Liga de Campeones.
El técnico de Arahal, curtido en mil y una batallas con los malacitanos, reconoce la sed de triunfos que existe en La Rosaleda, la habitual rivalidad en el derbi regional, la ilusión de su afición y la victoria que ya obtuvieron los de Tapia en la primera vuelta que querrán refrendar en casa. El Sevilla es superior en potencial, pero Jiménez aún guarda en la retina la debacle de San Mamés. Allí el Athletic demostró que a veces el corazón puede más que las piernas y así se lo avisaba a su plantilla. "En Málaga podría ser incluso peor que en Bilbao. Si no somos hombres, nos comerán", indicaba a su plantilla durante el entrenamiento del pasado jueves, cuyas imágenes fueron captadas por las cámaras de Canal Sur.
No quiere distracciones, por eso las últimas dos sesiones de entrenamiento han sido programadas a puerta cerrada. Pide la máxima concentración. Mientras, ambos presidentes predican con el ejemplo de hermandad y cordialidad entre los clubes. El partido ha sido declarado de alto riesgo por las fuerzas de seguridad, pero tanto Del Nido como Fernando Sanz abogan por el espectáculo y el buen ambiente entre las aficiones. Es el objetivo que está persiguiendo el G-5 andaluz que ha visto la luz esta temporada. "Ojalá estuviera clasificado para la Champions y pudiera darle los tres puntos al Málaga", asegura el máximo mandatario sevillista. La contestación de su homónimo malaguista tampoco se ha hecho esperar. "Me encanta que al Sevilla, un grande de España y Europa, le vayan bien las cosas", declaraba en Radio Sevilla. Ahora toca hablar en el campo.
Cautos. Por su parte, Julién Escudé analizó el encuentro ante los de Antonio Tapia, dejando claro que "con las victorias de tres puntos, aún no hay nada hecho. Acabar tercero sería un gran puesto, aunque segundo sería mejor. El cuarto es peor y de la quinta posición mejor ni hablar, porque no lograríamos los objetivos".
El Sevilla tiene bien estudiado al rival de mañana y así lo dejaba claro el central galo, que destacó los puntos fuertes del Málaga: "Juega muy bien, ganan muchos partidos tanto dentro como fuera y usa mucho el contraataque. Los jugadores de bandas son muy rápidos y defensivamente son muy compactos, esperan el fallo del contrario para jugar muy rápido, en dos, tres pases. Será complicado, y más con un ambiente tremendo. Será un partido táctico, el primero que marque tendrá una buena ventaja".
Responden a la petición con 200 entradas más
El presidente del Málaga, Fernando Sanz, reconocía ayer en Radio Sevilla la cesión de 200 entradas más al club de Nervión. Las 500 entradas que el Málaga entregó al Sevilla en un primer momento se agotaron a las horas de ponerse a la venta en las taquillas del Sánchez Pizjuán y, ante la demanda de la afición nervionense, la entidad rojiblanca se vio obligada a realizar una nueva petición a los malacitanos. Las nuevas localidades se ponían ayer mismo a la venta en el feudo sevillista, al precio de 25 y 90 euros. En definitiva, serán 700 los sevillistas que se desplacen mañana hasta la capital de la Costa del Sol con entradas y que prometen dar colorido y ambiente a las gradas del estadio malaguista. La Champions está en juego y la expectación crece.
