Las Palmas iba camino de cuajar un partido notable en el Rico Pérez y aguar la fiesta al Hércules, cumpliendo con la tradición. Ganaba 0-1 y estaba a punto de irse al descanso sin ceder una sola ocasión clara a uno de los aspirantes al ascenso. Pero entonces apareció de la nada Tote, tal y como pasó en el estadio de Gran Canaria, y dio un bocado en la yugular al equipo insular empatando un instante antes del 45'. En ese momento se descosió un equipo que acumula nueve partidos sin ganar y que hoy puede caer a zona de descenso por primera vez en toda la temporada. Pero sobre todo, se agrandó otro que encadena tres victorias seguidas y durmió ayer como segundo clasificado tras el empate entre el Xerez y el Rayo.
Antes del gol de Tote, Las Palmas había maniatado a un rival que salió por primera vez con dos delanteros natos, Rubén y Delibasic, y que aún no se encontraba a sí mismo con el nuevo dibujo. Nauzet avisó desde lejos en el minuto inaugural con un disparo desde la frontal y Márquez picó demasiado un balón suelto en el área. Pero fue Saúl el que culminó una contra con un disparo cruzado poniendo el 0-1 en el marcador. El Hércules sólo lo intentaba desde fuera del área. Rubén Navarro, por dos veces, y Farinós probaron a un Pindado que, hasta ese momento, se mostraba tan seguro bajo palos como torpe en los despejes con el pie.
El empate de Tote, tras servicio de Aguilar al filo del descanso, dio pie al festival del genio blanquiazul. El madrileño había desempolvado la lámpara mágica y decidió dejar a su equipo en zona de ascenso durante toda esta semana. Daba igual que recibiera siempre escorado en banda, damnificado por el sistema que había diseñado Mandiá. Dani López lo sufrió en sus carnes. En el 55', Tote encaró al lateral canario, vio a Farinós que entraba desde atrás y le trazó una asistencia irrechazable. El valenciano sólo tuvo que poner el pie correctamente para que el balón entrara. En plena desbandada blanquiazul, Tote concedió el tercer deseo. Esta vez fue para Delibasic. Recorte por línea de fondo a Dani López y servicio al primer palo para que el montenegrino demostrara sus dotes de ariete felino.
Reacción.
El público local ya celebraba la victoria pero su equipo aún tuvo que sudar. Apareció Gerardo en el campo y mostró unas maneras de crack. Recordó a Adrián Colunga hace un año, cuando casi marca el gol de Maradona en el Rico Pérez. Envió dos disparos a la madera que pudieron cambiar la fiesta local por debacle. Pero fue Márquez el que le puso pimienta al duelo, fiel a su cita con el gol. Sin embargo, otro que ha iniciado su idilio con el gol puso la sentencia. Sendoa marcó un golazo con la derecha.
