Una broma de Carnaval

Liga Adelante | Celta 1 - Eibar 2

Una broma de Carnaval

Una broma de Carnaval

reportaje gráfico: lalo r. villar y s. sas

El Eibar humilla al Celta. Murcia, en la cuerda floja

Si hubo alguien que grabó ayer en vídeo el Celta-Eibar y tiene intención de volver a verlo, le recomiendo que lo reproduzca con la sintonía de Benny Hill. Seguro que es la única forma de sacarle provecho. Y es que el Celta se contagió del espíritu del Carnaval y le gastó una mala broma a su afición. En fin, es mejor reírse que echarse a llorar.

Aunque a Balaídos no le hizo ninguna gracia el ridículo, sonrojo, rubor y humillación a los que le sometió su equipo. La afición acabó cargando contra el técnico, la plantilla y el Consejo. Es justo, todos tienen su parte de culpa. Pero ya saben de quién va a ser la cabeza que corten, ¿verdad? Pepe Murcia ya siente el filo de la guillotina acercándose a su cuello. Y lo más doloroso es que puede ser cesado tras traicionarse a sí mismo y claudicar a las exigencias de la corriente trashorrista que recorría Vigo.

Dan ganas de decir, ahí tenéis ahora a Trashorras, pero eso sería ser tan ventajista como ellos. Y lo peor es que el pobre Roberto es el que las paga y el que menos culpa tiene de esto. Lo cierto es que ayer estuvo desafortunadísimo y le regaló a Carlier el 0-1 en el inicio de la segunda parte, en un error imperdonable para una categoría como ésta. El francés no perdonó y largó un derechazo a la escuadra de Falcón. El gaditano debutó como titular en el peor día de los celestes, pero no tuvo ninguna culpa de la derrota.

Con todo, el gol de Carlier no fue ninguna sorpresa, porque en la primera parte el Eibar le había dado un soberano baño al Celta. Sólo la ingenuidad en ataque del modestísimo equipo vasco le impidió golear a los celestes. Así pues, Trashorras sólo retiró la espoleta de una bomba que llevaba tiempo amenazando con explotar.

Penalti. El Celta pudo, no obstante, minimizar las consecuencias del golpe en un muy dudoso penalti que le señalaron a Biel Medina sobre David pocos segundos después del 0-1. Pero ahí vuelve a aparecer Benny Hill. Ghilas y Trashorras repiten la discusión de hace quince días sobre quién debe lanzarlo (¿pero no nos aburren día a día diciendo que son una piña y que prácticamente le donarían un riñón a cualquiera de sus compañeros?). El argelino esta vez se pasa de listillo. Coge el balón y Zigor detiene el lanzamiento. La cara de Trashorras es un poema.

Pero no se vayan, que aún hay más. Murcia se vuelve loco, mete a Michu y deja a tres atrás. Poco después, un balón colgado lo recoge Sutil, que manda una volea preciosa a la red. Balaídos recibe el 0-2 con chufla y aplausos. Y a partir de ahí, la afición contesta la carnavalada del Celta con una chirigota contra todos los estamentos celestes, pero con Murcia como centro de las iras. El cordobés puede tener los días contados.