Abel y Víctor reducen tanto los espacios que ninguno puede jugar

Atlético 1 - Getafe 1 | La lupa

Abel y Víctor reducen tanto los espacios que ninguno puede jugar

El duelo táctico colocó a los dos equipos apretados en 40-50 metros

Abel se encontró con la horma de su zapato. O Víctor se encontró con la horma de su zapato. Tanto monta monta tanto. Un partido tan eminentemente táctico que no debió de convencer ni a los propios entrenadores, que, con sus planteamientos y la disposición de sus equipos sobre el campo, parecieron en todo momento los dueños de la situación. Abel y Víctor redujeron tanto los espacios con sus defensas adelantadas, las líneas tan juntas y una presión tan agobiante e intensa que ninguno de los dos conjuntos tuvo metros para desarrollar su juego y quedaron asfixiados en sus propias redes. Ambos en 40-50 metros en los que no había ni un hueco ni un segundo para pensar.

No le asustó a Víctor el Calderón como no le asustó en su día el Camp Nou, donde también empató. Ningún equipo le jugó al Barça como el Getafe. Apretándole arriba, atacándole como primera defensa. Ayer más o menos hizo lo mismo y lo acusó el Atlético que ya se ha dado cuenta de que todos los partidos no le van a resultar tan fácil como en el Colombino. No hay peor cuña que la de la misma madera. Visualmente la defensa rojiblanca se plantó 5-10 metros más adelantada que la azulona, pero también es verdad que la presión que iniciaban Uche y Albín con el apoyo en primera instancia de Granero y Casquero era bastante más agresiva y avanzada que la de Agüero y Forlán.

Puestos a apretar en el medio campo, sobre todo en el primer tiempo, achicó mejor el Getafe que además tenía la virtud de circular el balón con más soltura y se manejó con más fluidez entre líneas. Tiene que seguir mejorando en este sentido el once de Abel porque por mucho que lo intentan -ayer lo hicieron hasta el punto de que nunca desbordaron por sus bandas- Maxi y Simao no terminan de dar salida a la circulación del balón. Con tanta igualdad en los planteamientos, en los posicionamientos, en definitiva, en los conceptos, casi parecía inevitable que el partido concluyera en tablas. Sólo en los últimos minutos, cuando se liberó de tantas ataduras, llegaron las ocasiones de gol. Y ahí estuvo más listo el Getafe.