Miguel Ángel Ramírez nunca vuelve la cara. Gane o pierda la Unión Deportiva siempre afronta la realidad y lo hace evitando rendiciones o discursos derrotistas. Recién aterrizado de Zaragoza, aún con el escozor encima de otro tropiezo, el presidente de la entidad se pronunció en sus parámetros habituales de optimismo, entereza y serenidad. Entiende que a nada lleva un mensaje extremista pese a que el balance desde que comenzó 2009 es desolador: cuatro puntos de veintiún posibles.

"Hay que arropar al equipo y no hundirlo. Somos los primeros en reconocer que todo no va como quisiéramos pero ahora más que nunca debemos estar unidos y pensar que los futbolistas están perfectamente capacitados, junto al cuerpo técnico, para sacar esto adelante", dijo Ramírez.

El mandatario admite que "a la afición ya se le pueden pedir pocas cosas" pero está "convencido" de que el próximo sábado, en el encuentro frente al Real Murcia en el estadio de Gran Canaria, "la grada va a demostrar, una vez más, que está siempre con la Unión Deportiva", al tiempo que pronosticó que será el día "en el que llegue el triunfo que tan necesario es en todos los aspectos".

Consciente de que la moral de la plantilla no vive una curva ascendente tras tantas semanas de decepciones, renueva su apuesta por los mimbres actuales: "No tengo ni la más mínima duda de que tenemos plantilla suficiente para salir de esta situación. Lo digo en una fase de la temporada en la que muchos están dudando. Por eso pido comprensión con los jugadores".

No hay debate con la continuidad de Javier Vidales en el banquillo

Las manifestaciones de Ramírez adquieren un tono solemne cuando la cuestión radica en la continuidad o no de Javier Vidales: "Lo he dicho en muchas ocasiones. La última, el jueves en la Cadena SER. Vidales va a finalizar la temporada. Es nuestro entrenador y va a revertir el panorama. Otro cambio en el banquillo nunca se le ha pasado por la cabeza a Juanito". El propio entrenador ya hizo ver en la sala de prensa del estadio de La Romareda que tiene fuerzas y ganas de cambiar radicalmente la decoración actual. Y así también se lo ha hecho ver a los dirigentes.