Aguirre dejó ayer de ser entrenador del Atlético tras una jornada en la que los acontecimientos se precipitaron más deprisa de lo previsto. Aunque estaba sentenciado desde el domingo por la noche, cuando los dirigentes ya hablaron con los posibles sustitutos, el mexicano dirigió el entrenamiento de ayer y parecía que, al menos, aguantaría hasta mañana, cuando Gil Marín regrese de Dubai. Sin embargo, en el momento en que trascendieron las negociaciones con Abel y as.com adelantó que ya había acuerdo con el toledano, la situación no tenía marcha atrás.

Gil Marín se vio obligado a destituir al técnico desde Dubai, donde se encuentra negociando un sponsor para el futuro estadio rojiblanco. Cerezo tampoco estaba en Madrid, ya que se desplazó a Suiza para comer con Michel Platini, presidente de la UEFA. Sin embargo, la lejanía de los dos dirigentes no impidió que se tomara la decisión de que Aguirre cesara en sus funciones y José Ramón de la Morena lo anunció en la Cadena SER a las 21:30, informando también de que Cerezo, al volver de Suiza, se molestó de que todo hubiera salido a la luz y paralizó momentáneamente las negociaciones. Pero ya no había vuelta atrás.

Presagio.

Así acababa un día muy largo para Aguirre, que ya el domingo abandonaba el Calderón con cara de preocupación tras perder ante el Valladolid, intuyendo que su vínculo con el Atlético estaba a punto de terminar. Ayer por la mañana el técnico se mostró alicaído en el entrenamiento y estuvo gran parte de la sesión hablando con su mano derecha, Nacho Ambriz. Esa fue su última imagen como atlético, con el que tenía contrato hasta final de temporada y una más si entraba en Champions.