Julien Faubert, el último fichaje del Madrid en el mercado invernal, vivió ayer una presentación oficial acorde con el clima meteorológico reinante en la capital, frío y tristón. Al igual que su compatriota Lass, el extremo francés tampoco fue presentado en el palco de honor del Bernabéu (aunque la infraestructura estaba montada para tal efecto) y el acto se trasladó a la sala de prensa, donde únicamente se dieron cita los representantes de los medios de comunicación.

Vicente Boluda ejerció por primera vez como maestro de ceremonias y desterró la tradición de Calderón de saludar al recién fichado en su idioma. No hubo speech en francés pero sí un mensaje: "Damos la bienvenida a un gran jugador. Faubert, tienes la oportunidad de demostrar la calidad que atesoras. Es la oportunidad de tu vida, aprovéchala al máximo. Te exigimos entrega, compromiso, espíritu de equipo y títulos".

El máximo dirigente blanco, acompañado en primera fila de butacas por varios directivos y Mijatovic, explicó el fichaje: "La junta escuchó la petición del cuerpo técnico para reforzar la banda derecha. Por ese motivo alcanzamos un acuerdo con el West Ham para la cesión hasta el 30 de junio con opción de compra para tres años".

Bonito gesto.

Faubert estuvo acompañado por su esposa, Pamela, y sus dos mejores amigos, Guilan y Kent. En su turno de palabra se mostró cariñoso con Alfredo Di Stéfano cuando le entregó su nueva camiseta, en la que lucirá el '18' que perteneciera a De la Red. "Estoy feliz de recibirla de una figura del fútbol mundial como don Alfredo, que es un ejemplo".

Sin embargo, esa calidez del galo se topó con una gélida acogida de la afición en el césped. El horario (las once y cuarto de la mañana), el frío y la lluvia, ayudaron a que estuviesen en la grada sólo 53 aficionados, que ni siquiera corearon a Faubert. Un escenario que contrasta con el tirón de dos de los tres últimos fichajes (con Lass no dejó pasar al público): Huntelaar congregó a 500 madridistas y Van der Vaart a más de 5.000...