Fernando Torres andaba ya desesperado. Llevaba casi 90 minutos buscando infructuosamente el gol. El partido se escapaba y con él gran parte de las aspiraciones a un título que el Liverpool busca desde hace 19 temporadas. Su último tanto en Anfield databa de mayo del año pasado, al Manchester City. Ocho meses. Demasiados, aunque por medio estuviera la Eurocopa y su maravilloso tanto de la final. Su último gol de la temporada había que buscarlo en un partido de la FA Cup contra el Preston (3 de enero) y, en la Premier, frente al Manchester City (5 de octubre).
Fue entonces cuando acudió a buscar con toda la fe que le quedaba ese centro desde la izquierda, se anticipó a Alex y giró el cuello convencido de que ésa era la buena. Y lo fue. Quedaban dos minutos y el Liverpool abría la lata de un Chelsea que se había encerrado en su área desde que se quedó con diez por expulsión de Lampard (entró a Xabi Alonso con la suela).
Aún tuvo tiempo para marcar un segundo, cortesía de Benayoun, y redondear un triunfo que su equipo merecía porque había sido mejor cuando eran once contra once y también once contra diez. Un triunfo que permite al equipo de Benítez reengancharse a la lucha por el título, pero que no debe ocultar que no anda fino, sobre todo ofensivamente. Al menos no como en los dos últimos meses del pasado año, en los que lideraba la Premier con autoridad. Ahora le cuesta no sólo hacer goles, sino también crear ocasiones. Ayer sólo llegó con nitidez cuando estuvo en superioridad numérica.
Por eso el reencuentro de Torres con la puerta contraria es la mejor noticia que puede recibir un equipo que tiene demasiada dependencia de Gerrard. Salvo contrariedades, el once de ayer bien podría ser el que se enfrentara al Madrid. Arbeloa volvió al lateral derecho y Fabio Aurelio, que dio el pase del primer gol, se hizo un hueco en el izquierdo. La próxima cita del Liverpool, el miércoles contra el Everton, en el desempate de la Cup.
El Manchester va de récords
Los de Ferguson se muestran intratables con siete victorias consecutivas. Además, Van der Sar sumó el sábado ante el Everton su décimo segundo partido sin recibir un gol y superó la marca de Cech en el Chelsea.
