Abel: "En el fútbol, el miedo te inhibe y te quita libertad"

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Abel: "En el fútbol, el miedo te inhibe y te quita libertad"

Partidario de la presión muy adelantada, de la disciplina interna y de los gimnasios, el posible entrenador del Atlético siempre se mostró un admirador de Sacchi. Y cree que los clubes deben recurrir más a sus viejas glorias.

De cuantos entrenadores vio trabajar, Abel se queda con Arrigo Sacchi. "Durante una pretemporada jugamos un partido horrible contra el Vitesse. Después del choque, Arrigo me pidió una opinión. No sabía cómo venderle que aquello era un desastre y entonces él me dijo: "Mira, Abel, en el fútbol, cuanto mayor es la confusión, más cerca está la solución. Él cambió la mentalidad de catenaccio que había en Italia. Pasaba las 24 horas del día pensando en fútbol", aseguró un día en AS.

Tácticamente, Abel es un firme defensor de la presión muy arriba y de jugar con la zaga adelantada: "Hay que alejar al rival del área. ¿Por qué le vamos a ahorrar la transición, que es lo más difícil del fútbol? En este deporte, el miedo te inhibe y te quita libertad". Tampoco ha ocultado nunca su admiración por el fútbol inglés: "Allí existe organización porque va de la mano con la empresa. Consigue la rentabilidad sin perder valores, porque sus muchos extranjeros se adaptan a la cultura futbolística del país. Los jugadores fingen menos, los espectadores no saben quiénes son los árbitros y los clubes mantienen proyectos a cuatro o cinco años. No viven día a día como aquí. El mánager asume el proyecto y ni siquiera es necesario que vaya a los entrenamientos. Ese desgaste lo hace su segundo y así el mensaje del máximo responsable cala más".

También defiende una máxima exigencia física: "Aquí, hasta hace poco, los gimnasios sólo estaban para recuperarse de las lesiones. Y se afea el fútbol físico, que es lo que iguala a los equipos. Y eso lo agradece el público, que pide equilibrio y tensión. Este deporte no se puede ver comiendo palomitas".

Siempre echó de menos que el Atlético no recurriera a sus glorias del pasado: "Debería incorporar veteranos a las categorías inferiores, que transmitan a los chavales los valores del club. A mí me gustaría entrenarle algún día...", dijo en 2007. Aquel sueño está a un paso.

Abel también es muy escrupuloso con el regimen interior de un equipo: "No permito que se lea un periódico en la mesa, todos deben llegar a tiempo a las comidas, no se puede utilizar el móvil en determinados momentos, los jugadores deben ir correctamente vestidos. Pero no soy un espía de los jugadores, entre otras cosas porque no tiene efectos prácticos. Yo nunca les quitaré su libertad ni invadiré su intimidad. Mi puerta siempre está abierta a ellos, aunque les pido que no me pregunten por qué no juegan. El futbolista se pone y se quita solo".

El hasta ahora técnico del Castellón considera importante "tener un jugador de referencia por línea, tres o cuatro cómplices del entrenador que sujeten al equipo en los malos momentos", y censura agriamente la ley concursal en los términos actuales: "Un equipo con 70 millones de deuda tiene licencia para no pagar y, sin embargo, puede quitarte un jugador ofreciendo más que tú".