El Girona cerró una primera vuelta para frotarse los ojos con otra victoria marca de la casa; atornillando poco a poco al rival, sabiendo sufrir y estocando a la contra. Con 31 puntos podría permitirse soñar con algo más que la permanencia, pero la prudencia habita en el cerebro de su técnico y hasta que no llegue a los soñados 50 puntos nadie cometerá ningún exceso. También tiene mérito lo hecho por el Huesca, pero ayer fue claramente inferior a los locales donde, se presumía, le llevaba algo de ventaja, en la definición.
Empezó frío el conjunto de Agné. Le costó arrancar porque el Huesca dominaba el balón. Estaba bien de concepto, pero sin la ambición que sí demostraban los locales. Con un juego más directo pronto se sacaron la presión de encima y, pasado el primer cuarto de hora, empezaron a producir. En el minuto 26 Paco Esteban se inventó un recorte en el área pero su disparo lo taponó un defensa. En esos momentos, el Girona estaba desmelenado pero el Huesca pudo aguarle la fiesta. Un chutazo de Rubén Castro desde el vértice del área lo despejó con acierto Rafa Ponzo. El venezolano se volvió a lucir poco antes del descanso sacando un mal despeje de Dorca que ya se colaba. Pero faltaba lo mejor por llegar. Falta en la frontal del área forzada por Igor, que ejecutó con precisión milimétrica David Cañas.
El partido estaba donde lo quería el Girona y al Huesca le tocaba hacer un esfuerzo. Y lo hizo, tras el descanso, obligando a recular al Girona. Sin espacios, su ataque se estrelló una y otra vez ante una zaga muy bien comandada por Cañas. Sabían los locales que el asedio no sería eterno y así fue. Una contra en el 70' acabó con un pase de Raúl Martín al espacio para Jose. El lateral picó el balón con suavidad por encima del portero pero sin precisión.
La sentencia.
Un minuto después, con diferente actor, el Girona sí tuvo premio. Otra contra muy bien montada en tres pases dejó a Felipe solo ante Miguel. El atacante tuvo tiempo para encarar al meta, decidir si forzaba el penalti o enviaba el esférico al fondo de la red, que fue el caso. Montilivi hizo la ola. El Huesca pudo acortar distancias, pero Ponzo se marcó otro paradón a tiro a bocajarro de Roberto y Rubén Castro envió fuera el rechace.
Calderón
"Acabamos con derrota, pero el cómputo global fue satisfactorio. El Girona tiene una defensa muy sólida y difícil de desbordar. Nuestro dominio fue infructuoso, en parte por el terreno de juego. Hubo mucho cuerpo a cuerpo y tarjetas innecesarias".
Agné
"El rival era muy complicado y el equipo estuvo muy entero y fue superior. Cuando nos ponemos por delante en el marcador somos difíciles de superar. Ya ha pasado medio toro pero todavía no ha pasado entero. Pero estoy muy satisfecho".
