El Getafe acabó con la peor racha desde que llegó a Primera División al golear a un despistado Sporting que pagó su esfuerzo copero y sucumbió ante el acierto de Roberto Soldado. Bocanada de aire fresco para el cuadro azulón que recupera la tranquilidad y despeja los nubarrones que sobrevolaban la cabeza de su técnico Víctor Muñoz. Soldado, que salió por lesión de Manu, y Uche se reivindicaron ante su público con una gran actuación que deja a ambos equipos empatados a veinticuatro puntos en la zona templada. Pese a que el público pidió la salida del Pato para despedirse de la que ha sido su afición durante tres años, el guardameta argentino tuvo que ver desde el banquillo su último partido como jugador azulón.
Cruce entre dos equipos con rachas y trayectorias totalmente contrapuestas. Mientras el Sporting llegaba al Coliseum subido en una nube, con la vitola de equipo revelación y con el sueño copero intacto, el Getafe se presentaba ante su afición con una preocupante falta de gol y con la necesidad de puntuar para no coquetear con los puestos calientes de la clasificación. Los dos técnicos optaron por cambiar sus onces iniciales. Manolo Preciado presentó una alineación revolucionaria, dejando a seis de sus habituales guerreros en el banquillo, con la principal novedad del recién llegado Iñaki Lafuente en la portería rojiblanca. Víctor buscó cambiar la dinámica perdedora del equipo sacrificando al mediapunta Albín y asignando a Uche la tarea de acompañar a Manu del Moral en la punta de ataque.
El partido no comenzó bien para los locales. Un Sporting muy ordenado combinaba aplacer en el centro del campo y llegaba con cierto peligro a las inmediaciones del área de Jacobo. La primera ocasión de la tarde llegó merced a un cabezazo a placer de Matabuena tras una salida en falso del meta azulón, que el Cata Díaz despejó bajo palos cuando los dos mil aficionados asturianos celebraban el primer tanto. Para colmo de males, a los diez minutos Manu del Moral dejaba su sitio a Soldado tras retirarse lesionado con un esguince en su rodilla derecha.
Lo que a priori era una mala noticia, acabó por convertirse en la puesta en escena del artífice de la goleada. Nada más salir Soldado el partido cambió radicalmente. El delantero valenciano tardó tan solo un minuto en abrir el marcador, al aprovechar una cesión garrafal de Jorge a su portero. El 9 azulón sólo tuvo que regatear a Lafuente con un suave toque y empujar el balón a la red. Sin tiempo para celebrarlo el Getafe puso más tierra de por medio cuando un zapatazo de Granero se envenenó al golpear en la espalda de un central, y Lafuente vio resignado como el segundo se colaba en su portería. A partir de ese momento el Getafe se llenó de moral, adueñándose del balón y asediando la meta de Iñaki Lafuente. El partido pudo quedar visto para sentencia con el enésimo error de la zaga visitante al tirar el fuera de juego, pero Uche incomprensiblemnte remató por encima del larguero cuando la grada festejaba el tercero.
Un Sporting noqueado no era capaz de reaccionar al vendaval azulón y las ocasiones se sucedían una tras otra. Mediada la primera mitad, Uche volvió a zafarse de su par, pero Soldado no atinó a rematar el pase de la muerte del nigeriano. Pero cuando los aficionados se preparaban para la hora del bocadillo, llegaron los viejos fantasmas con el gol de David Barral. El joven delantero recibió dentro del área, quebró al Cata a cámara lenta y puso el balón lejos del alcance de Jacobo, devolviendo la emoción al encuentro
Locura en el Coliseum
La segunda parte fue el fiel reflejo de la irregularidad que viene demostrando el Getafe de Víctor la presente temporada. El Sporting salió decidido a empatar el marcador, se hizo dueño de la pelota y arrinconó a los madrileños en su área. El partido estuvo a punto de dar un nuevo giro de tuerca con un contragolpe que David Barral, solo ante Jacobo, no supo materializar. El meta demostró que puede ser el relevo del Pato con una gran parada que borró de un plumazo las dudas creadas tras el fallo frente a Osasuna en la Copa.
El Getafe pareció asumir su rol, aguantó las envestidas visitantes y esperó su momento. Y cuando peor pintaban las cosas para el técnico maño, apareció un hiperactivo Uche para marcharse por velocidad y servir un nuevo pase de la muerte a Soldado que, esta vez sí, remató a libre de marca para conseguir el segundo en su cuenta particular. El tanto descompuso al Sporting, que literalmente desapareció del partido, por lo que Manolo Preciado movió fichas para reservar fuerzas.
A partir de ahí el partido se convirtió en un monólogo azulón que a base de contragolpes desarboló al conjunto asturiano. Un lanzamiento de falta que se estrelló en el palo mediada la segunda parte, fue el preludio del cuarto tanto azulón. Gavilán inició la jugada, el balón llegó a pies de Casquero que condujo la enésima contra y, con un pase sin mirar, dejó solo a Uche para que sentenciase el partido con toda la tranquilidad del mundo. Neru cerró la desastrosa actuación de la defensa asturiana con un penalti en los últimos minutos que permitió a Soldado hacer su primer hat trick desde que llegó a Getafe. Victoria vital para los madrileños que se reconcilian con su afición a costa de un Sporting excesivamente flojo en defensa que dejó los buenos hábitos para citas posteriores.
