El Audi Q7 negro de Kaká enfila la calle Aurelio Saffi. Son las 17:30 y está oscureciendo en este barrio exclusivo del centro, donde el jugador vive en un ático. Llega a casa después del entrenamiento. Ve las señales de los redactores de AS y pasa de largo. Pero luego el coche se para en seco sobre el asfalto. Corremos a la ventanilla. El cristal se baja y aparece la figura de Ricardo Leite Kaká, que viste un jersey gris de cuello alto. Parece más un elegante modelo de Armani (firma para la que es imagen en Italia) que un futbolista. Levanta las manos repetidamente. Hace aspavientos. Se queja. "Esto es imposible. ¡Aquí, en mi casa, no, por favor! Estáis invadiendo mi intimidad y la de mi mujer". Poco antes, su esposa ha llegado conduciendo un Mercedes, también oscuro; el portero de la finca incluso ha amenazado con llamar a la policía. El crack continúa: "En Milanello podéis estar, aquí...".

La escena.

Varios coches esperan en la estrecha calle empedrada detrás de nosotros y sus conductores hacen sonar el claxon. Invitamos al astro a que se aparte a la entrada de su garaje para darle una explicación. Nuestro reportero gráfico mantiene la cámara mirando al suelo para no aumentar su enfado. El seguimiento se debe, le decimos, al gran interés que ha despertado en España la posibilidad de su fichaje por el Madrid. Le explicamos que este verano habrá elecciones. Parece entender la situación.

Aprovechamos para sacar el AS en el que fue portada hace tres días. A sus 26 años, Kaká es todo un veterano en el fútbol y en lo que lo rodea y hace ademán de separarse de nosotros. Él no quiere problemas, y nosotros sólo queremos saber qué piensa sobre el interés del Madrid. Si el día anterior, durante su viaje a Hannover, se mostró rotundo en su "no puedo hablar de mercado ni del Madrid", ahora hace una excepción: "No he querido comentar nada estos días atrás porque la presión es grande. Todo está demasiado caliente y necesito tranquilidad. Un día me colocan en el Madrid y al siguiente en el Chelsea". Repreguntamos: ¿hay problema en eso? "No me disgusta saber que tantos grandes clubes como el Madrid o el Chelsea me aprecien...". Kaká acaba de hacer la misma reflexión que aparece en La Gazzetta dello Sport como extracto de una conversación off the record del día anterior.

Varios transeúntes esperan detrás de nosotros llamando a Kaká. Le piden un autógrafo. Nuestro tiempo se acaba. El jugador se impacienta y hace lucir una ráfaga que se estrella contra el portón de la cochera. El portero entiende la señal y le abre. Le pedimos un último favor, una foto. Nuestro compañero Pepe Andrés aprovecha para tomar unas instantáneas. Kaká nos promete una entrevista dentro de dos semanas, cuando todo se haya calmado. Le tomamos la palabra y le regalamos el ejemplar de AS para que lo examine en la intimidad de su casa... la misma en la que afirmó a su padre: "O en el Milán o en el Madrid".