Camacho irrumpe en el estreno presidencial

Liga BBVA | Real Madrid - Osasuna

Camacho irrumpe en el estreno presidencial

Camacho irrumpe en el estreno presidencial

Osasuna se presenta como colista en el debut de Vicente Boluda

La última vez que el Real Madrid jugó un partido después de la dimisión de un presidente propio se enfrentó al Atlético en el Bernabéu. Fue hace tres años, Florentino había abandonado tras una derrota en Mallorca y el equipo respondió a esa convulsión institucional con una victoria en el derbi (2-1), con goles de Baptista y el goloso Cassano. Cuesta decir si los jugadores reaccionaron así ante la crisis o fueron absolutamente ajenos a ella. Para un futbolista del Madrid el presidente del club tiene, salvo contadas excepciones, escasa influencia en su vida. En bastantes casos se le considera como al tío que viene a comer los domingos. Se le permite que nos despeine la cabellera, se le aceptan cortésmente los regalos y se le toma, en ocasiones, cierto cariño. Poco más.

Cambio.

Sin embargo, buena parte del madridismo confía en que el cambio de presidente haga soplar, desde hoy mismo, un aire nuevo, algo así como un influjo positivo que oxigene todos los rincones del club. Se espera, en definitiva, que el sol caliente más y que el equipo juegue mejor, y otra cosa será entendida como un decepcionante ejercicio de continuismo. Así de absurdo puede resultar el fútbol, mezcla churras con merinas y remontadas con remolcadores. Para Juande la situación es muy distinta. Su condición de meritorio se multiplica sin el presidente que aprobó su fichaje. Ahora su último objetivo no es sólo convencer al nuevo dirigente, sino a los variopintos candidatos que puedan surgir.

Para iniciar esa seducción colectiva, el entrenador apostará por el equipo que derrotó al Mallorca la pasada semana. Será la primera vez en 19 jornadas que el Madrid repita once. Y nada se puede reprochar a ese bloque, invicto e imbatido en los tres últimos encuentros, a no ser que entremos en consideraciones estéticas. Si lo hacemos, diremos que falta dominio, continuidad y brillantez.

Robben (tres goles y tres postes) volverá a ser la gran esperanza blanca. Su intervención ha sido decisiva en los últimos triunfos y todavía no se conoce defensa capaz de ponerle grilletes. Higuaín (11 goles) y Raúl (7) completan la delantera de un equipo que esconde un 4-3-3 con las líneas de medios y delanteros en original paralelepípedo. Prueben a unir los puntos.

Mientras el equipo permanece inalterable, las novedades se concentran en la lista de convocados. Juande Ramos dejó fuera a Drenthe, Torres, Salgado y Saviola, al tiempo que recuperó para la causa a Marcelo y Javi García. La lesión de Guti aplaza un tiempo la cuestión de su suplencia, que muy pronto ofrecerá un debate en el caso de Huntelaar, el cazador entre rejas.

Osasuna se presenta en la tormenta madridista como un vendedor de enciclopedias en medio de una discusión familiar. Su irrupción no pasa inadvertida por la presencia de un auténtico afrodisíaco del madridismo, José Antonio Camacho, 414 partidos de blanco nuclear. Si el ambiente no estuviera envuelto en llamas, muchos disculparían un tropiezo que diera vida a Camacho, cuyo equipo suma nueve jornadas como colista.

Problemas.

El momento de Osasuna es crítico. Se encuentra a cuatro puntos de la salvación y sólo ha ganado dos partidos esta campaña, ambos en casa (Almería y Getafe). Sus problemas son variados y se refieren a la concentración y la resistencia. Únicamente ha recibido seis goles en los primeros tiempos (tantos como el Barça), pero se descompone en las segundas partes, donde ha recibido 20 goles.

Camacho incide en la mala suerte y recuerda que Osasuna es el segundo equipo que más veces llega al área rival después del Barcelona. Hoy también esgrimirá el argumento de Pandiani: seis goles al Madrid en once partidos y cinco en seis visitas al Bernabéu, incluido un hat-trick. Si al rifle de Pandiani añadimos la arenga de Camacho es fácil que nos encontremos ante un buen partido. Fútbol, ¿recuerdan?

El detalle: Como entrenador, Camacho ya ganó en el Bernabéu

Como entrenador, Camacho ya sabe lo que es derrotar al equipo de su vida. Lo hizo una vez con el Rayo Vallecano y tres con el Espanyol. Su balance ante el Madrid en Liga es de cuatro victorias, un empate y cuatro derrotas. En la Copa del Rey ganó una vez y perdió otra. En el Bernabéu, Camacho venció en una ocasión al conjunto blanco: 1-2 con el Espanyol en 1996. A ello hay que sumar un empate y tres derrotas.