La pinta de los entrenadores adelantó lo que iba a ser el partido. Mané salió con abrigo azul. Tapado. Puesto que en el minuto 89 puso a Lacruz y quitó a Nené entenderán que el hombre no pudo destaparse en toda la fría noche. Cazorla salió a cuerpo gentil, una camisetita y zumbando. Puesto que el partido acabó en el área de Cristian entenderán también que su Poli no se arredró ante nada. Más que eso: si se hubiese clasificado no hubiera sido injusto. Durante muchas fases del partido, todas menos los primeros veinte minutos del segundo tiempo, fue mejor. Tuvo más fútbol. Seguramente menos presión. Le faltó el remate que demostró en la ida y le sobró el acertado Cristian. Pidió dos penalties; uno de Torrejón, claro. Deja la Copa sólo por el valor doble de los dos goles que encajó en su campo. 3-3 fue el marcador global de la eliminatoria. Un golito de esos que a menudo metes con el traserillo, le hubiese metido en cuartos. No fue su noche más afortunada: el único gol se lo marcó Robles al intentar desviar el saque de un córner. No, no hubo diferencias notables entre el segundo clasificado del grupo andaluz de Segunda B y un primera en zona de descenso.
Fútbol-abeja. El Espanyol ganó después de diez partidos sin hacerlo. Fue la primera victoria de Mané, que encarriló pronto. Un gol casi en el vestuario era un sueño para los pericos. Les debía dar confianza, tranquilidad. Pero el Poli no le dejó agarrarlas. Encajó el golpe y se fue para arriba. Rozó el empate. Era el suyo un fútbol-abeja: atacaba y defendía por enjambres, es un equipo serio, trabajado. Montjuïc fue excitándose con los suyos. La amenaza del empate nunca se desvaneció.
Salió Mané con Román adelantado, probando el rombo. Jugó mejor su equipo cuando se retrasó el argentino, en la segunda parte. Sielva trató de echarle una mano. Sólo controló bien el Espanyol en la primera mitad de la segunda parte. Pudo hacer el 2-0 entonces. Pero la vergüenza del Poli le valió para cercar a Cristian de nuevo. Acabó 1-0 por los pelos. Como el Espanyol en lo que va de curso. Al Poli, un abrazo y suerte. La encontarará. La merece.
El detalle: cazorla causó impresión
El entrenador del Poli Ejido, Lucas Cazorla, fue objeto de comentarios en Montjuïc. Y no sólo por lucir camiseta de manga corta en medio del intenso frío; ya lo había hecho en Santo Domingo. Su equipo ayer causó una gran impresión: parecía de Primera.
