Murió el primer presidente electo del Aleti

Atlético de Madrid | Falleció un antiguo dirigente

Murió el primer presidente electo del Aleti

Murió el primer presidente electo del Aleti

La semana pasada falleció Luis Benítez de Lugo y Ascanio, Marqués de la Florida, (Madrid, 1916). Fue presidente del Atlético entre 1952 y 1955 y, aunque bajo su mando se celebraron con brillantez las Bodas de Oro, su gestión deportiva no fue buena.

Murió en Canarias el Marqués de la Florida, Luis Benítez de Lugo. Murió donde él hubiera elegido morir, seguramente donde eligió morir: donde nacieron sus padres y su esposa, donde se hizo deportista, jugador de tenis y de fútbol, nadador de los buenos, fue internacional, y amante de la hípica. Entre Canarias, donde tanto vivió, y Madrid, surgió su espíritu dirigente que le llevó a presidir diecisiete federaciones nacionales, a ver quién coge ese galgo. Pues a pesar de semejante récord, envidia de más de cuatro de los directivos de hoy, nada le dio tanta popularidad ni hubo cargo que ambicionara tanto como el de la presidencia de su equipo: el Atlético de Madrid.

Al fin lo consiguió y lo hizo en unas asombrosas elecciones, y ya disculparán la redundancia que en aquel tiempo elecciones y asombro eran lo mismo. Esas, las primeras, sirvieron para presenciar un duelo entre el presidente, Cesáreo Galíndez, y su tesorero, Luis Benítez de Lugo. Hubo quien lo consideró una traición en toda regla, por ejemplo Galíndez, que había sido un presidente formidable. A pesar de lo cual ganó Florida, como le llamaban sus amigos aristócratas. Y perdió el Atlético de Madrid, que no ha de servir la humana muerte para olvidar la verdad: fue un presidente fatal.

Estuve con él hace unos meses, andaba el hombre algo cansado de vivir, me pareció. Repetía que tuvo fichado a Di Stéfano y que por un error se perdió el fichaje que cambió la historia. El domingo le recordamos con un minuto de treinta segundos (¿por qué?). Buen directivo, mal presidente, su nombre está en la historia del club y a su sólo recuerdo revive la esperanza: el Atlético es capaz de alzarse desde la mediocridad. Si el Marqués de la Florida, ya ectoplasma rojiblanco, nos ayuda para hacerlo otra vez desde el más allá en el que creemos unos cuantos, habrá compensado sobradamente la flaqueza de su mandato. Que si no es con estas ayudas espirituales no se ve mucha salida para el siglo XXI.