Delata la fotografía final. En el Córdoba, rostros relucientes. Menos conformidad dejaban las muecas faciales de la Unión Deportiva. Así se vivió el reparto de bienes en el Gran Canaria. Vinieron a no perder Luna y su gente y bien que se ajustaron al guión. Ni con uno más desde la primera mitad acreditaron una mínima osadía para asomarse al área contraria. Puede aceptarse que con el descenso anudado al cuello, alegrías las justas. Pero oportunidades como las de ayer tendrá pocas el Córdoba para demostrar que merece seguir en este escenario. Falló en el fondo y la forma y dejó una imagen discreta. Por no entrar en términos más ofensivos. A última hora hasta se pudo ir con las manos vacías por el empuje ejemplar de la Unión Deportiva, ante la que caben pocos frenos. Con diez remó con pierna, raza y orgullo torero. Ni con semejante amputación se acomplejó. Apretó arriba, achicó a su espalda y nunca renunció a la pelota, aunque a ratos la tuviera que perseguir porque no había manera. Y en el glosario de méritos, suyas fueron las ocasiones más claras. Jorge, con una aparición fantástica que no acabó en gol de milagro, y Nauzet, estampándola en el palo, pudieron cambiar la suerte. También se protestó un derribo a Márquez en el rectángulo de Navas. Al final se impuso la anestesia del Córdoba, que más que jugar se dedicó a narcotizar.
Son dos maneras de entender el juego que, al margen de rentabilidades, retratan un modelo, una intención y hasta la electricidad en las piernas. En noventa minutos se justificaron diferencias clasificatorias y perspectivas. Mereció ganar de largo el anfitrión y ni siquiera un gol anulado en la recta final a Vega por una carga ilegal que pareció clara ensucia la lectura global y el medallero.
A Las Palmas le va a sobrar con su variedad de recursos para blindar la salvación y lanzarse a la locura maravillosa de medirse a los de arriba. Hay convicción, solidaridad y un empeño criminal. Mucho tendrá que remendar en Córdoba porque así, especulando con un punto y exhibiendo una alevosía inexplicable a salir de la mediocridad, le espera un calvario hasta junio. Tomen nota.
Javier Vidales: "Con once seguro que ganamos"
"A pesar de la expulsión tenemos un equipo que quiere ir a ganar. No perdimos el lugar ningún momento. No hemos sufrido demasiado. En las expulsiones no puedes hacer nada, por eso no hay que restar un minuto de pensamiento. Eso sí, con once pienso que hubiésemos ganado. Cuando tuvimos el balón intentamos jugar muy rápido. Como ejemplo la primera jugada del partido. El Córdoba juega parando el partido, hace muchas faltas. Nosotros hicimos cuatro con un expulsado y ellos con veinte, nada. Hay un equipo que ataca y a otro que no le interesa".
Luna Eslava: "Nos costó trabajo controlar"
"Nos costó trabajo contolar el partido y se produce la expulsión. En el segundo tiempo nos faltá profundidad para sorprender. Hemos contemporizado bastante. Los últimos minutos han sido locos, ellos se han volcado, incluso con faltas frontales. No creo que haya falta de ambición, lo dejamos claro en el vestuario. Nos faltó marcar el ritmo. Ellos han jugado bien, nos han dificultado las llegadas. Hay que trabajar más en la parte ofensiva, en la defensiva dejamos la puerta a cero. El gol anulado habrá que verlo tranquilamente. Ha dado gol y después lo invalida".
