No es una certeza que Fernando Miguel Fernández Escribano (2-6-1979, Málaga) y Miguel Ángel Lozano Ayala (19-9-1978, Sabadell) vayan a jugar mañana en el Manuel Ruiz de Lopera. Lo que sí es seguro es que los dos dejaron huella en el Betis. Por fútbol y por humanidad. Ahora van de blanquiazul al Manuel Ruiz de Lopera. "Me sorprendió la euforia que había cuando llegué, la Champions. Era lo máximo", recuerda Miguel Ángel, que llegó justo después de la temporada mágica del Betis. Eso sí que lo vivió Fernando. La gloria en el Calderón, la clasificación para la Champions, la felicidad del beticismo: "La afición disfrutó muchísimo. Deportivamente fue el mejor año". Porque el Betis siempre queda, eso seguro. Club con idiosincrasia singular y con una tradición a la espalda que lo hace distinto quiera o no, a Fernando le marcó. "Todo lo que puedo hablar del Betis es bueno. Fueron seis años muy importantes en mi vida y sólo tengo buenos recuerdos. Siempre me encontré muy a gusto. Por las lesiones, los últimos años jugué menos. Pero fue el club que me permitió asentarme en un sitio y esa oportunidad me la dio el Betis. De joven había dado vueltas y estoy superorgulloso".
En lo que están de acuerdo los dos es en la grandeza del escenario donde van a jugar mañana y la importancia que para ambos tuvo el máximo accionista. Las palabras de agradecimiento de Fernando y Miguel Ángel para Manuel Ruiz de Lopera son muy significativas: "Ha sido y seguirá siendo un gran presidente, una persona que siempre ha estado al lado del jugador cuando el equipo lo necesitaba. Defiende a sus jugadores y apoyó al grupo en situaciones muy tensas. Su trato siempre fue muy cercano". Ninguno quiere comparaciones. Ni mejor ni peor, simplemente distintos. "Los dos equipos tienen grandes aficiones, sus virtudes y sus defectos, pero estamos orgullosos de haber jugado en los dos". Por eso se lo piensan cuando se les hace la clásica consulta: "¿Si celebraría un gol? Ni me lo he planteado, no sé qué se me pasaría por la cabeza", dice Fernando. Y Miguel Ángel asiente y comparte la opinión. Es una sensación distinta. "A mí me gustaba enfrentarme a Valladolid o Madrid. No sé si va a ser difícil jugar en Sevilla. Pero claro que te quedan amigos. Esta semana han tenido Copa y no he llamado a nadie, pero mantengo contacto semanal con la gente. Son seis años", dice el mediapunta, que hasta que se marchó era el segundo máximo goleador en activo de la historia del Betis. Han visto pasar fantásticos jugadores por allí pero ahora están en otra historia, la del Málaga. Miguel Ángel, con la camiseta de titular hasta hace dos semanas. Fernando, echando de menos no haber hecho la pretemporada por las malditas lesiones en verano. Pero con contratos largos y con un sentimiento de pertenencia de clase. Porque Fernando fue el primer futbolista que le dio dinero al Málaga CF. Y Miguel Ángel, que fue feliz en el Betis pero reconoce que "añoraba" en cosas Málaga. Aunque lo mejor es salir como caballeros de los sitios. Y el Betis a ambos sólo les puede dar las gracias.
