Ni los cero grados que marcaba el termómetro a las 10:30 horas, ni la niebla, ni tampoco la amenaza de lluvia echaron para atrás a los aficionados en el día de puertas abiertas. 2.500 personas abarrotaron las gradas, récord de afluencia en Valdebebas en una sesión con público.

A las once en punto, Juande Ramos alcanzaba el círculo central del campo de entrenamiento ante el aplauso del respetable. Tras su saludo, los jugadores, encabezados por Raúl, fueron acercándose al entrenador. También respondieron al ruido atronador de la grada con sus gestos.

Juande mantuvo una charla de cinco minutos con sus hombres. "Matar los partidos es algo que tenemos que arreglar. Es lo único que nos falta, pero el trabajo está cumplido con creces...".

El público (no pagó entrada) sólo pudo ver a los titulares 25 minutos, los que estuvieron corriendo por el campo. Juande no hizo concesiones. Era día de recuperación y con eso (más el trabajo en el gimnasio) bastaba. Fueron los suplentes, entre los que se encontraba Huntelaar (jugó 55'), los que entretuvieron a la afición, que no dudó en protestar cuando Juande dispuso un partidillo de cinco contra cinco en la zona más alejada de la grada.

La anécdota se produjo en los instantes finales. Drenthe y Salgado se acercaron a la grada para tirar al público la ropa de entrenamiento y las botas, causando un gran alboroto y alguna pelea por obtener una de tan preciadas prendas.