Llegó a la elite entrenando en Cataluña. Y ahora está de vuelta, en el Espanyol. Un club para el que siempre había sonado. ¿Cómo se siente?

Es un club de un tamaño respetable. Está consolidado en Primera, tiene buena cantera... Es una referencia.

¿Su gran inconveniente es Montjuïc?

La de Montjuïc fue una decisión económica, pero el club ya está renovándose, retomando la situación con el nuevo campo. Hay buenas perspectivas. En Cornellá-El Prat tendrá un mayor calor del público.

Será el primer técnico perico en sentarse en Cornellá.

Esperamos que sí, aunque no es seguro que se pueda jugar allí esta temporada. Hay posibilidades.

Tras sus primeras semanas de perico, ¿cómo siente lo de tener que vivir aparentemente a la sombra del Barça?

Llevamos poco tiempo en la ciudad y aún no hemos percibido eso. Hombre, si miras algunos periódicos deportivos, ves que el Barcelona tiene 18 páginas y el Espanyol sale en la 19. Estamos, no obstante, en un club con identidad propia.

Pasado este tiempo, ¿tiene el equipo la moral tan cambiada desde su llegada como se aprecia desde fuera?

Tiene una idea bastante clara de la situación y de lo que debe hacer para salir de ahí.

Bajas de Tamudo y De la Peña a un lado, busca un futbolista de banda izquierda y un centrocampista. ¿Cómo van esas gestiones?

Son cosas de secretaría técnica, es material muy sensible. No son para hablar en público, porque quizás estemos pensando en mover a algún jugador, no se den las circunstancias y al final tengamos que contar con ellos, deban jugar. Doy mi opinión interna, pero me mantengo al margen.

Habla de forjar un Espanyol al contraataque. La fórmula para salir de abajo es defender fuerte, ¿no?

Evidentemente, debemos ser un equipo equilibrado. Cuando te notas fuerte en defensa, puedes pensar en otras cosas. Ahora toca apretar.

Regalo de Reyes por anticipado, el primer partido del 2009 en San Mamés. ¿Le incomoda o hace ilusión?

No deja de ser una anécdota. Ya he jugado bastantes partidos contra el Athletic. Lo único que cambia es que los amigos no te desean suerte este domingo, sino a partir del próximo..

¿Será una visita diferente por ser hace dos años entrenador rojiblanco y la coincidencia con futbolistas?

Es la diferencia más importante, el conocimiento es bastante amplio. Es un equipo muy importante en San Mamés, cada vez más dificil de ganar.

La Catedral siempre se le ha dado mal como visitante...

Generalmente, ha sido porque he jugado allí con equipos más pequeños. Si hubiese entrenado a un grande, las estadísticas serían distintas.

De su equipo habitual, apenas quedan Iraola, Javi Martínez y Yeste. Ni siquiera pudo disfrutar de Orbaiz. ¿Es bueno cambiar tanto un equipo?

Claro, aquello era una circunstancia muy especial. No era un equipo al uso. Había una tensión por llevar dos años pasando peligro... Lo lógico era hacer incorporaciones, había futbolistas importantes en sus últimos años de fútbol y la puesta en escena de los futbolistas de abajo no era sólida. Quedan reminiscencias de esos dos malos años, el Athletic ha tenido momentos delicados, pero ya empieza a tener vitola de ser un equipo importante, con calidad.

Ha explotado Llorente. Con usted apenas jugó, pero tiene buenas palabras por el trato. ¿No le veía todavía para tirar del carro?

Entonces estaba Urzaiz, que hizo seis o siete meses muy buenos con nosotros. Era difícil poner a Llorente, se le metió en pequeñas dosis. El año pasado despuntó en la segunda vuelta y sigue así. Ha explotado en el momento adecuado.

Iraola ha dicho en AS: "Bastante hicieron Mané y Ondarru en las circunstancias que tuvieron en el Athletic". Un chico coherente y agradecido.

El Athletic tiene un buen grupo, buena educación de base. Vale la pena trabajar con ellos. El don especial de ser todos de casa hace que se respeten. Son muy trabajadores.

¿Es similar el reto de ahora con el de aquel Athletic?

Es diferente. El Athletic nunca ha bajado y eso presiona mucho. Y en el Espanyol te puedes reforzar.

¿La labor de Caparrós?

Es buena. El año pasado retomó el pulso. Su carácter y vitalidad contagian al grupo. Le va bien a este equipo.

Levante, Athletic y Espanyol le han utilizado de apagafuegos. ¿No es demasiado fuerte para el corazón?

Tiene que haber gente para todo, especialistas. Yo creo que valoran nuestra experiencia, que aportamos tranquilidad. Es cierto que se sufre mucho cuando dependes tan a corto de los resultados.

¿Su reto es seguir en el Espanyol la próxima temporada?

De momento, voy a trabajar este tiempo. Si pido a jugadores que acaban contrato que piensen en la situación actual, ¿cómo voy a tener la cabeza en el año que viene? Pensar más allá distraería atenciones.