El Atlético volvió ayer a los entrenamientos y lo hizo con un objetivo claro. No dar pie a perder en ocho días de descanso lo conseguido en cuatro meses de competición. Para ello, lejos de ser contemplativo con sus hombres, Javier Aguirre y su preparador físico Juan Iribarren han diseñado un plan intensivo de entrenamiento y convivencia de cuatro días. Por eso han concentrado al equipo en Los Ángeles de San Rafael, una medida impopular entre la plantilla, pero que ha sido asumida con total profesionalidad. Aguirre va a disponer de siete sesiones de entrenamiento en cuatro días, hasta la jornada de año nuevo, cuando trabajarán por la tarde. Ayer el equipo se ejercitó en Majadahonda por espacio de una hora bajo un intenso frío. Todos los futbolistas han regresado con los deberes hecho y han seguido el plan que Juan Iribarren les entregó para, a su regreso, no tener problemas con la báscula.

Traslado.

A renglón seguido, el equipo se subió al autocar y cubrió los cerca de 100 kilómetros que les separan de Los Ángeles de San Rafael, la localidad segoviana donde se ha concentrado el equipo. A las cinco, la plantilla volvió al trabajo con una sesión aeróbica de una hora, para posteriormente concluir con ejercicios en el gimnasio del Hotel Náyade y una pequeña sesión de recuperación.

Así concluyó la primera jornada de trabajo que se prorrogará hoy con otras tres sesiones, dos por la mañana y una más por la tarde en el campo de fútbol. Aguirre tiene dispuesto otro entrenamiento más antes de la Nochevieja. Será esa misma mañana, pero ya en Majadahonda. El Atlético trabajará también en Año Nuevo, pero lo hará por la tarde. Será una pequeña tregua ya que el equipo dispondrá de poco más de 24 horas de asueto desde la última sesión para que las pase en familia.

El técnico mexicano observó el gran momento físico y de juego con el que llegó el equipo al parón navideño, y no quiere desmanes ni despistes de sus jugadores en estas fechas. Se trata de que, tras el tiempo de descanso, poco a poco vayan volviendo a entrar en la dinámica competitiva. Además, a Aguirre le gusta mucho que sus jugadores hagan piña y pasen tiempo juntos en busca de esa química de grupo que arraigue todavía más a la plantilla.

Todo esto además, con la mira puesta en el partido del sábado en Mestalla. Un rival durísimo sobre el que una victoria acabaría por culminar la gran remontada rojiblanca en la tabla y alargaría a 16 la racha de partidos invicto del equipo. Los resultados del próximo mes dictaminarán lo acertado de este plan.