Ángel Fabián di María aterrizó la temporada pasada en el Benfica por ocho millones de euros procedente de Rosario Central. El club lisboeta aseguraba a Camacho que habían traído al nuevo Simao, que era una institución en el conjunto de Las Águilas y al que vendieron por 24 millones al Atlético en ese mismo verano. ¿Qué tenía este canalla (apodo argentino para los hinchas de Rosario) de 19 años para que se lo rifara media Europa? En Argentina adoran su excelente regate y su principal escaparate fue en el Mundial Sub-20 de 2007 en Canadá. Allí se proclamó campeón del mundo junto a Agüero y Piatti, entre otros.

Antes de esa hazaña, este extremo zurdo despuntó en la Liga argentina. Tuvo un debut atípico con 17 años en Primera División. Apenas contaba en el equipo de los reservas y de la noche a la mañana se convirtió en un jugador indiscutible. El último futbolista con renombre que salió de Rosario fue Abbondanzieri, que luego fichó por Boca Juniors. Precisamente, los xeneizes vieron negocio en este futbolista: zurdo, veloz, con regate, disparo, visión de juego... ¿Lo podremos vender en Europa como el Silva de Argentina? Macri se frotaba las manos, pero el Benfica apostó fuerte por él y se adelantó a Boca Juniors. El extremo maduró la pasada campaña jugando la Champions con el Benfica. Si Silva creció en el Eibar y despuntó en el Celta, lo mismo se puede decir de Di María, en Rosario y Benfica...