Nadie se puede equivocar con Lassana Diarra. Este jugador francés, pero de padres malís, aparece como un puro producto de la cantera gala. Formado en el club de Le Havre, Diarra estalla con el primer equipo (en Segunda División) en la temporada 04/05. Año en el que juega 29 partidos y que le lleva a firmar por el Chelsea. En aquel momento sólo tenía 20 años, pero ya impresiona a todo el mundo.

Es un medio defensivo de gran nivel: fuerte, resistente, muy hábil técnicamente en los espacios reducidos, cuidadoso en los pases, eficiente en la recuperación y con una gran visión de juego. La comparación con Makelele viene naturalmente a los ojos de cada uno y no sólo porque tienen la misma silueta. Pero el chaval posee una ventaja enorme sobre su glorioso 'maestro': no duda en incorporarse al ataque, sin poner en peligro el equilibrio defensivo del equipo.

Cambio. En el Chelsea, recibe los consejos de Makelele y ya se ve a Lassana como su sucesor. Pero Mourinho decide entonces ponerlo como lateral derecho. Y lo hace muy bien. En vista de que el portugués sólo le pone en los partidos de Copa, Diarra (que tiene mucho carácter) se enfada y decide marcharse al Arsenal en agosto del 2007.

Allí, su compatriota Arsène Wenger le pide esperar un poco antes de darle la titularidad en el centro del campo. Pero Lassana no es un hombre paciente y abandona el Arsenal en el mercado de invierno siguiente. Firma con el Portsmouth aunque, desde el primer día, anuncia que este club sólo es un trampolín hacia algo mejor ¡Y lo mejor ha llegado! El Madrid ha fichado a un futbolista comprometido, que se dedica al cien por cien a su profesión.