La sinfonía de Vidales

Liga Adelante | Las Palmas 3 - Albacete 0

La sinfonía de Vidales

La sinfonía de Vidales

carlos díaz-recio

La Unión Deportiva luce y gana su tercer partido seguido

La Unión Deportiva fue una avalancha. No aceptó trato alguno con el Albacete y destrozó el partido de manera unilateral, en minutos cruciales, como si midiera el daño y aplicara sus venenos cuadrando cálculos, de manera funcionarial, en un alarde impecable de autoridad. Suma tres puntos que le valen el pleno de los últimos nueve y acrecienta la buena fama que se ha ganado desde que vive bajo la doctrina de Javier Vidales. Equipo abrochado, se aplica con hormigón atrás y metralla arriba sin trámites ni rodeos, despachando al que pille ajeno a misericordias y piedades. Así se entiende que Las Palmas se haya convertido en una trituradora. Da la impresión de que gana por una cuestión genética, mérito rotundo de Vidales, que ha devuelto la creencia al vestuario. Corazón, pizarra y diván para obrar un cambio monumental, traducido en manifestaciones de orgullo y un enamoramiento floreciente de la afición, rendida a los encantos que ofrece su gente en esta versión triunfal. Se va la Unión Deportiva a repostar con la mirada puesta en la aristrocacia de la categoría, lejos de los bajos fondos y andamiajes de poca monta.

Al minuto largo de partido ya gobernaba Las Palmas. Al descanso gestionaba un confortable 2-0. Le sobraría toda la segunda mitad porque David García volvió a firmar una de sus bombas para reventar todas las costuras y blindar el botín. Ni se enteró el Albacete, que llegó dispuesto a prosperar y acabó viviendo una afrenta de las que no recordaba. No hubo partido porque la igualdad alcanzó hasta el calentamiento. La sucesión de acontecimientos posteriores no tuvo color o tinte aproximado. Un aplastamiento regado por picos en los que la Unión Deportiva se gustó, con administraciones de pelota a la altura de los mejores y una capacidad coral en el ejercicio de achicar, iniciar y culminar. Lo reconoció el público, encantado con descubrir que sí, que hay materia para licenciar ambiciones y retos.

Vidales mantuvo la ordenación de piezas y esperó al rival sin trucos. Buena seña de identidad la de aparcar santerías y otras ciencias para centrarse en lo racional, en lo propio. Así funciona Las Palmas. Engancha ideas claras y se comporta con solidaridad. Aparecen camisetas amigas por todas partes, para ruina enemiga, que no da abasto al abuso. El brillo viene con el sudor y la convicción, sujetos los egos al bien común. Con todo vendido, nadie se borró. Mantener las pulsaciones al calor de un 3-0 retrata el modelo sacerdotal de Vidales, que anoche no quería saber nada de primas, fiestas y reconocimientos. Ya andaba preguntando por el Salamanca. Por lo que viene. Su Unión Deportiva no conoce, de momento, límites. ¿Alcanzará para mirar a Primera? Veremos.