Delibasic ríe el último

Liga Adelante | Hércules 3 - Huesca 2

Delibasic ríe el último

Delibasic ríe el último

FITO GONZÁLEZ

El Huesca remontó por dos veces y cayó a 2' del final

El fútbol se mueve por impulsos y se decide la mayoría de las veces por nimios detalles. Por eso, de las miles de maneras que hay de ganar o perder un partido, el Hércules eligió ayer la que más le gusta al aficionado y la que menos a Mandiá. Y al Huesca le tocó perder de la forma más amarga. Así es el fútbol, un mundo de contrastes. A falta de dos minutos para el final, con 2-2, y con el Huesca festejando el punto y el Hércules rumiando su tropiezo, Delibasic emergió entre un sinfín de cabezas azulgranas. En lo más alto, conectó el balón y lo mandó a la red. Delirio blanquiazul, festejo por todo lo alto y expulsión del montenegrino por quitarse la camiseta cuando ya tenía una amarilla. Contrastes.

El partido lo tuvo todo para enganchar a cualquier aficionado que no tuviera el más mínimo interés por los colores blanquiazules o azulgranas. Con dos equipos que tocan, buscan la puerta sin reparar en el resultado y juegan con dos delanteros como dogma de fe, sólo puede salir un partido como el de ayer: ocasiones, emoción, goles, alternancias en el marcador...

Ida y vuelta.

El primer ¡uy! fue de Rubén Castro. Nada más comenzar lanzó un derechazo con veneno que Calatayud desvió con la punta de los dedos. Pero fue el Hércules el que dio primero en el mentón oscense. En una jugada ensayada, el balón tocó hasta en tres cabezas herculanas antes de alojarse en la puerta de Eduardo. Paz-Aguilar-César. Pim-pam-pum, 1-0.

A partir del gol, del dominio territorial del Huesca se pasó al acoso y derribo del Hércules a Eduardo. Raúl avisó de lo que vendría después. Sendoa perdonó un uno contra uno y Morán también probó a Eduardo. Pero el cancerbero mantuvo con vida a los suyos antes del descanso.

Y tras él, Roberto le devolvió el favor. Ganó la espalda a un César demasiado lento, encaró a Calatayud y lo batió de un derechazo que tocó en el palo. De ariete puro. El Hércules no se esperaba el croché de salida de Roberto y lo acusó perdiendo el control del balón. Fue entonces cuando apareció Raúl. La nueva perla alicantina firmó dos arrancadas por banda derecha de auténtico crack. La primera no encontró rematador que rubricara su jugadón remontando la línea de fondo. En la segunda fue directo a por la gloria. Controló un balón en la frontal, superó a dos rivales por velocidad con un autopase y definió con un duro disparo por la escuadra. La ilusión fue doble: golazo y de un canterano, algo que no se veía por el Rico Pérez, que me perdone Miguel de las Cuevas, desde los tiempos de Paquito.

Pero el Huesca no se rindió y Rubén Castro, omnipresente, forzó un dudoso penalti que él mismo transformó en lo que parecía el empate definitivo. Entonces, apareció el señor Delibasic, don Andrija.

Calderón

Estoy satisfecho con mi equipo porque hemos vuelto a dar la cara y hemos tenido a un equipo como el Hércules contra las cuerdas. Hay que reconocer que enfrente teníamos a un equipo hecho a base de talonario y para pelear por el ascenso".

Mandiá

Ganar en el último minuto siempre realza el triunfo. Estoy contento por el esfuerzo que han hecho mis jugadores y por la afición. Terminar el año con 29 puntos es para estar satisfecho. Seguro que el año que viene será igual de complicado, pero si empujamos todos lo pasaremos bien".