Bourgignon: "No nos importa el partido, nos importa Santos"

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Bourgignon: "No nos importa el partido, nos importa Santos"

El presidente del grupo radical de aficionados del Olympique de Marsella "Ultras OM", Christophe Bourgignon, declaró que el partido es secundario y quiso transmitir sensación de injusticia tras la condena a Santos Mirasierra

"No olvidaremos a Santos mientras no esté con nosotros", asegura el presidente del grupo radical de aficionados del Olympique de Marsella "Ultras OM", Christophe Bourgignon, en una declaración que resume la rabia contenida con la que aguardan el duelo frente al Atlético de Madrid.

Habla calmado y paciente y recuerda que, junto con el resto de las asociaciones radicales del club marsellés, ha lanzado un llamamiento a la calma. "Apoyo a Santos total, pero sin ninguna violencia", afirma a Efe.

Los "ultras" franceses tienen poco interés en mirar mañana el terreno de juego del Velódromo, donde el equipo tiene poco que jugarse. Apenas una tercera plaza que les dé acceso a la Copa de la UEFA. El Atlético opta a ser primero de su grupo.

Pero la ciudad tiene su mirada puesta en la prisión de Estremera, a las afueras de Madrid, donde permanece detenido Santos Mirasierra, condenado el pasado viernes a tres años y medio de cárcel por agredir a un policía español durante los disturbios del encuentro de ida en el Vicente Calderón disputado el pasado 1 de octubre.

"No nos importa el partido, nos importa Santos. Mientras él no esté, nosotros tampoco estaremos", afirma a Efe Bourgignon, a la cabeza de una de las facciones más radicales del club francés que han llamado a no entrar mañana en el estadio Velódromo y permanecer al exterior en señal de solidaridad con el condenado.

Poco importa que el Olympique se juegue la tercera plaza, sinónimo de clasificación para la Copa de la UEFA, una competición suficientemente prestigiosa como para que el presidente del club, Pape Diouf, la haya señalado como la prioridad de la entidad. "Eso es ahora secundario", dice Bourgignon. Su sentimiento resume la rabia contenida, la sensación de injusticia por una condena que consideran desproporcionada y dictada sin evidencias.

"Si no hay ninguna prueba ¿cómo se le puede condenar? Yo conozco a Santos y sé que lo único que hizo fue tratar de interponerse en la pelea", señala. La sanción del tribunal madrileño ha causado estupor. Y nadie sabe cómo afectará a su comportamiento mañana.

"Yo me quedaré fuera todo el partido. No tengo ganas de verlo", asegura Pierre, un joven "radical" del Olympique que pertenece a otra asociación diferente a la de Mirasierra.

Frente a la tienda oficial del Olympique, en la avenida de La Canebière, una de las principales arterias de la ciudad, el ambiente navideño se funde con el de las horas previas al partido. Cubierto de nieve artificial, el escaparate de la "boutique" contiene una única referencia a Santos Mirasierra, casi imperceptible y furtiva, un grafiti dibujado con rotulador en la pared.

Por la puerta, al ritmo de los villancicos de un próximo mercado navideño, los marselleses preparan sus compras navideñas casi ajenos al encuentro de mañana. "No creo que haya violencia, la gente está muy enfadada pero al final se impondrá el sentido común", asegura Fouad.

Mireille se muestra más taxativa. "Cualquier acto de violencia, sería dar la razón a los que han condenado tan duramente al aficionado francés", dice colgada del brazo de su novio, que permanece en silencio abrigado en una bufanda del Marsella pese al clima clemente de la ciudad mediterránea. Si el llamamiento de los ultras a quedarse fuera del estadio es masivamente seguido, el Velódromo de Marsella aparecerá con un aspecto fantasmagórico. "Un silencio ensordecedor", resume Bourgignon.

Será un ambiente similar al que los rojiblancos vivieron contra el PSV Eindhoven hace quince días, cuando el Vicente Calderón estuvo cerrado al público y tuvieron que conformarse con el apoyo de su hinchada desde el exterior. Los ultras marselleses quieren hacer algo similar. Pero el destinatario de sus cánticos será Santos Mirasierra, a quien también irán dedicadas las pancartas y banderas.

"Cada uno hará lo que quiera. Nosotros no podemos entrar al estadio si Santos no está a nuestro lado", afirma Bourgignon. Pese a los llamamientos unánimes a la calma, las medidas de seguridad serán propias de un partido de alto riesgo y eso que no habrá aficionados rojiblancos en Marsella porque así se lo ha pedido su presidente, Enrique Cerezo.

"De todas formas, nos da igual que vengan o no aficionados españoles. Nuestra guerra no va contra ellos, sino contra una condena escandalosa, contra la policía española, contra una injusticia", asegura Bourgignon.