Calderón aún intenta salvar a Schuster

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Calderón aún intenta salvar a Schuster

Calderón aún intenta salvar a Schuster

Muy cuestionado en el club, ayer se reunió con él y le vio "fuerte"

El Real Madrid es un continuo gabinete de crisis. A la reunión de urgencia de la junta directiva en la noche del martes en el mismo estadio después de la eliminación ante el Real Unión, se sucedieron otras muchas ayer en la zona noble del Bernabéu. La más trascendente fue la comida que mantuvo Calderón con Schuster a mediodía (el alemán abandonó el estadio a las 16:23 horas). La figura del técnico está más cuestionada que nunca y una derrota el sábado en Valladolid podría significar su sustitución, hasta el punto de que en el club se valoran posibles recambios y en primera instancia miran a los técnicos con carné de entrenador que hay en la casa: Portugal y Míchel. O Míchel y Portugal.

Continuidad.

A Schuster se le acaban los apoyos internos, pero el presidente continúa siendo su máximo valedor. Ayer, Calderón quiso saber directamente qué piensa el técnico de la situación y si se siente capacitado para superar el trance y seguir adelante. Ese es su deseo. Que el alemán reaccione y supere la crisis. En la conversación, Schuster le dijo al presidente que él tiene fuerzas para seguir y que de sus palabras de la conferencia de Prensa del martes no se debe desprender pasotismo o que se considere incapaz de remontar el vuelo. Todo lo contrario. Un "Presi, puedo con esto", salió de su boca. Esta reacción del entrenador choca en cierta manera con la corriente generalizada que viajaba por el club de que Schuster estaba harto y que estaba deseando ser sustituido, cobrar el año y medio de contrato que le resta e irse a jugar al golf. Calderón apuesta por la continuidad del técnico porque su experiencia con Fabio Capello hace dos temporadas le induce a ser prudente. No olvida que el italiano estuvo dos veces cerca de la destitución y él apostó por su continuidad. Primero en el mes de febrero, cuando Míchel, entonces técnico del Castilla, estaba incluso preparado para hacerse cargo del primer equipo si el Madrid hubiera perdido en Anoeta ante la Real Sociedad (1-2) . Y después un mes más tarde, tras la eliminación en la Champions ante el Bayern Múnich. Calderón se mantuvo firme. Era la jornada 26ª, Dio un voto de confianza a Capello, el equipo empató ese sábado en el Camp Nou (3-3) y en una brillante reacción abortó los cinco puntos de ventaja que le sacaba el Barcelona y acabó ganando la Liga.

Este es el mensaje que Calderón repite en las últimas horas a todos los que le piden que eche al entrenador que, por cierto, son bastantes en el club. Lo que sí tiene claro también el presidente es que 'el enfrentamiento de Schuster contra el mundo' tiene difícil arreglo. Peor incluso que el puramente futbolístico, donde también está siendo muy cuestionado por sus últimas alineaciones y cambios.

Calderón se ha cansado de pedirle un comportamiento distinto ante los medios de comunicación y en sus apariciones públicas. Le considera una de las imágenes más representativas de la entidad, pero ya casi se ha rendido aunque sabe que está haciendo mucho daño a la entidad con sus desplantes y falta de tacto públicos. "¡Pero si le llamo yo y tampoco me coge el teléfono!", ha llegado a comentar el presidente en petit comité.

Schuster se marchó ayer a su casa convencido de que el club va a intentar por todos los medios reforzar la plantilla en el mercado de invierno. Pero es el primero que sabe que en enero será casi imposible fichar un futbolista que pueda marcar la diferencia. O en su defecto, se mueva con naturalidad por las bandas, prioritaria necesidad del equipo.