De cabeza a octavos

Copa del Rey | Espanyol 3 - Celta 0

De cabeza a octavos

De cabeza a octavos

Carlos Mira, Rodolfo Molina

Jarque y Renán en propia puerta decidieron pronto

Tres cabezazos, uno de Jarque, otro de Renán contra su portería y el tercero de Valdo, certificaron el pase del Espanyol a los octavos de final de la Copa. Como los dos primeros llegaron antes de la media hora de juego, la eliminatoria perdió carga eléctrica, la que un gol del Celta en plan Real Unión le habría dado. Pudo suceder pues la salida de los vigueses fue buena, mejor que la del Espanyol. Por tres veces rondó el peligro cerca del debutante Cristian Álvarez, pero el que acertó fue Jarque, ya digo. A la salida de un córner bien puesto por Nené. Poco después, en jugada calcada, Renán saltó a despejar junto a dos compañeros sin posibilidad alguna de remate para un rival, pero sólo acertó a peinar la pelota lo que dejó a Falcón con el molde. Ahí acabó todo. El partido y la eliminatoria.

A rebufo del resultado el españolismo vivió por fin una noche tranquila, que remató con el gol de Valdo, y para ciertos jugadores hasta reivindicativa. Lola Smiljanic, que jugó muy bien es un ejemplo. El partido derivó en un interesante ir y venir, pues el Celta mostró un buen manejo, tanto como fragilidad ofensiva. Todo bajo un aguacero de esos que se ven por Barcelona cuando juega el Espanyol: será que el Dios de la Lluvia es perico. Valdo y Callejón quienes desperdiciaron magníficas ocasiones para rematar la eliminatoria, pero el buen Falcón lo impidió.

La felicidad blanquiazul no fue completa y el pueblo así lo comentó tras algunos errores arriba: no hay manera de que sus delanteros-punta mojen. El tándem Jonathan-Callejón peleó y mostró alegres maneras, pero no acertó con la meta celtiña y el interrogante sobre si el sucesor de Tamudo está en el equipo o por nacer, sigue atormentando al perico que en número de 7.650 unidades desafió la fea noche de Barcelona porque la Copa le pone. Es el camino más recto hacia Europa y los memoriones recuerdan que el camino hacia la conquista del título en el 2.000 arrancó eliminando al Celta.

Que se fue de Montjuïc, el Celta, digo, con la cabeza alta y la sensación de haberse quitado un peso de encima con la Copa. Su reto está en la Liga, en la vuelta a Primera, el lugar que le corresponde por historia. Su guerra de la semana es con el Rayo, el domingo. Lo de ayer era para el Espanyol, que por algo es el rival de superior categoría.

Resurrección.

Buen rearme moral tras la derrota en Riazor y la visita del Numancia. ¡Ah! Para categoría la de Sergio Sánchez, ayer en el eje central de la maltrecha zaga de Márquez. Mejor el segundo tiempo que el primero y los pericos, al bombo y cavilando qué rival sería el ideal para el asalto a los cuartos. No hubo consenso en eso. ¡Cualquiera se pide a los de Irún o al Poli Ejido!