Hoy se cumplen diez años del estreno de Xavi Hernández con la camiseta del Barcelona en Liga. Una década plagada de buenos momentos, de situaciones complicadas, de graves lesiones y de situaciones inolvidables, el futbolista egarense se ha convertido en uno de los íconos del barcelonismo, y está considerado como una de las piezas fundamentales del engranaje de Pep Guardiola. También lo fue para Frank Rijkaard, Lorenzo Serra Ferrer, Carles Rexach y Louis van Gaal. Casualmente fue éste, el holandés excéntrico, el que le dio la alternativa en la Liga. En Mestalla, el técnico que hizo campeón al Barça de Liga y Copa del Rey, apostó por Xavi en un partido complicado. Vencieron los culés por 1-3.

Dicen de Xavi que tiene una vida tranquila y que sabe plasmar en el terreno de juego todo lo que le pasa por la cabeza. Nombrado mejor futbolista de la pasada Eurocopa, el club quiere cerrar la renovación de su contrato (acaba su relación en 2010 y Sir Alex Ferguson sigue soñando con él) y vestirlo de por vida con la camiseta azulgrana. Ha conseguido 27 goles en los 288 partidos (en todas las competiciones acumula 429 encuentros) que ha disputado y uno de ellos sirvió para salvar la cabeza a Van Gaal (en Valladolid, 0-1), alegría que se convirtió en tristeza cuando sus compañeros le recriminaron en el vestuario que de haber empatado o perdido, el técnico hubiera sido destituido.

Camino del mito.

Igualado con Antoni Ramallets en número de partidos, aún le quedan 103 para superar a Miguel Bernardo, Migueli, mítico central de la década de los años 80, como jugador con más partidos disputados. En Ucrania, el pasado miércoles, Xavi celebró su centenario internacional con el Barça: disputó 98 partidos en Europa, más los dos del Mundialito de Clubes.