Robinho ha acudido a la convocatoria del Real Madrid para el partido de vuelta de la Supercopa a pesar de que en el entorno del club blanco se temía que el brasileño decidiera lanzar un órdago definitivo y declararse en absoluta rebeldía no respondiendo a la citación de Bernd Schuster para el partido ante el Valencia, donde el Real Madrid se juega el primer título oficial de la temporada.

El representante del jugador, Wagner Ribeiro, había asegurado que el jugador cumpliría su compromiso y acudiría a la cita de Bernd Schuster. Sin embargo, en el club no las tenían todas consigo ya que Robinho parece decidido a tensar al máximo la cuerda para forzar su salida con destino al Chelsea, y además había declarado, en la entrevista a la agencia EFE en la que manifestó su deseo de salir del Real Madrid, que no se sentía en condiciones de disputar este partido.

Bernd Schuster, sin embargo, no atendió a las palabras del jugador y le incluyó en la lista de convocados para el partido: "él no me ha pedido no jugar. Eso me lo tiene que decir a mí, no a través de periodistas ni de nadie. Y como no me ha dicho nada, está en condiciones de jugar y mi obligación es ponerlo", señaló el alemán en rueda de prensa. De esta forma todo quedaba pendiente de la decisión del jugador, que finalmente ha llegado al Santiago Bernabéu de la forma más discreta posible y se ha unido al resto de los jugadores convocados para el partido ante el Valencia en una sesión de estiramientos en el cesped del estadio antes de subirse al autobús de concentración. El madridismo, sin embargo, no ha dejado pasar la oportunidad de recriminar desde el primer momento al brasileño por su actitud, y en torno a un centenar de aficionados le ha abucheado y despedido con gritos de "¡Fuera, fuera!", "¡pesetero!" y "¡Vete al Chelsea!".