El Depor baila a una zaga caótica

Trofeo Teresa Herrera | Deportivo 2 - Atlético de Madrid 1

El Depor baila a una zaga caótica

El Depor baila a una zaga caótica

Valerón guió el ataque local. La defensa atlética, con Pablo a la cabeza, regaló los goles. Sin fútbol en la segunda mitad. Los de Lotina, justos campeones

Al Deportivo no hay quien le tosa en su torneo. El conjunto gallego derrotó al Atlético en la final del Teresa Herrera y se llevó el trofeo por noveno año consecutivo. Claro que con rivales como el equipo rojiblanco lo tiene fácil. El Deportivo pudo golear y venció por la mínima en un partido en el que Valerón fue el mejor de los suyos y los fallos de Mista, ex atlético, evitaron una goleada mayor.

Un equipo que aspira a ser alguien, no sólo en España sino en Europa, no puede regalar tanto ni dar tantas facilidades a sus rivales. No puede el club hacer esfuerzos económicos año tras año para luego hacer el ridículo en partidos oficiales y torneos tan importantes como el Teresa Herrera. No puede ser que la afición haga un esfuerzo temporada tras temporada para ver a un equipo que deambula por el campo. El Deportivo robó media docena de balones en el primer período sin apenas hacer una presión asfixiante en el medio campo. Entre Mista y Valerón, que no son precisamente dos perros de presa, se apañaron para hacer imposible la salida de balón a la defensa del Atlético.

Andan preocupados en el equipo por Forlán. Me imagino lo que puede llegar a pensar el uruguayo. A mí me entraría la depresión. El charrúa pensará que primero hay que sacar la pelota desde atrás, lo que parece casi imposible. Pensará que si el balón llega al medio campo, alguien debería cogerlo para hacerlo llegar con un mínimo de profundidad cerca del área. A lo mejor un día de estos, Forlán, o Maxi, o Simao, piensan que es mejor aceptar una de las ofertas que tienen. En un proyecto tan bonito como parece este, ser delantero del Atlético parece una profesión de alto riesgo.

Si el equipo rojiblanco no hace juego, por lo menos debería destruir el del rival. Tampoco. Decía mi compañero de pupitre ayer: "¿Y estos quieren jugar la Champions?". Así no, desde luego. Sin crear juego y sin defender, no puede ser.

Pablo complicó el partido él solito al poco de comenzar. Dar un gol de ventaja al rival es complicado. El penalti cometido por Pablo a Valerón no lo fue, pero el zaguero mereció el castigo por torpe y por lento. Un delantero siempre suele ser más habilidoso que un zaguero, y más pícaro. Y más si es un jugador como Valerón, técnicamente exquisito y listo como pocos. Pablo cometió un error infantil y otro fallo más tarde en una zona de riesgo, que diría Aguirre. Dejó el balón en bandeja fuera del área a un especialista en el disparo como Sergio. Total, 2-0 para un Depor que se frotaba los ojos viendo los errores de la zaga rojiblanca.

De nada valieron las carreras de Cedric por la izquierda o el intento de desborde por la derecha de Luis García. Valera regaló el 3-0 a Mista, que falló solo ante Leo. El propio Mista erró un penalti que hubiese colocado un sonrojante 3-0 en contra del Atlético. Los rojiblancos pudieron llevarse una goleada en el descanso, pero se fueron con una desventaja mínima gracias a un gol de cabeza de De Abreu, del filial, el único que mantuvo el tipo en defensa.

Sin reacción.

¿Y Maniche? El portugués apenas intervino en el juego, ya que acusó el esfuerzo hecho 24 horas antes. El bochorno le debió de parecer de tal calibre a Aguirre que prescindió de Pablo en el descanso para dar entrada a Domínguez. La afición rojiblanca pide eso. Si los del primer equipo dan muestras de que no valen, mejor los del filial, que por lo menos pondrán ganas. Y De Abreu y Domínguez cumplieron en defensa. Casi con un equipo de la cantera, el Atlético tuteó al Depor, que se centró en entrar en guerras callejeras con Sinama, sin jugar al fútbol, que es lo que hasta entonces había hecho. Se quedó con uno menos el Atlético, al ser expulsado Diego Costa, que tiene tan buenas condiciones como mala cabeza. Antonio Tomás debió ver la roja al tomarse la justicia por su mano con Sinama, pero el que se fue a la calle fue Diego .

El Deportivo, ya sin la profundidad que había tenido Pablo Álvarez por la derecha en la primera mitad, intentó sentenciar, y el Atlético empatar. Pero ya era demasiado tarde. Sus errores defensivos, además de provocar el bochorno, le costaron el trofeo, que se quedó en casa.