El Deportivo de la Coruña se adjudicó el prestigioso Trofeo Teresa Herrera después de batir en la final al Atlético de Madrid (2-1) en un partido de claro color blanquiazul, pese a lo ajustado del marcador, y que los rojiblancos concluyeron con uno menos tras la expulsión del canterano Diego Costa.

Ambos equipos siguen acumulando trabajo competitivo pensando en los dos trascendentales encuentros de la semana próxima en la que se juegan sus aspiraciones europeas con adversidades ya contraídas en la ida. El Atlétido debe remontar un tanto al Schalke 04 para disputar la próxima edición de la Liga de Campeones y el Deportivo hacer frente en Split al Hajduk para incluirse en la UEFA.

El Deportivo, por su condición de local, se atrevió más y ofreció mejores sensaciones, gracias en parte a la rehabilitación de su mejor futbolista, Juan Carlos Valerón. El mediapunta canario gestó los mejores momentos del fútbol deportivista ante un Atlético tembloroso en defensa.

El propio Valerón fue objeto de un penalti a los siete minutos que permitió al Deportivo adelantarse en el marcador. El veterano Sergio transformó la pena máxima. El Deportivo siguió insistiendo ante un Atlético que formó con varios canteranos y Assunçao y Maniche en la medular.

Sinama formó en ataque y pudo empatar al cuarto de hora, pero erró ante Aranzubia. El Deportivo no obstante fue el dominador del choque y a la media hora incrementaba su renta gracias a un disparo de Sergio que tropezó en un jugador atlético. La herida pudo haber sido mayor antes del descanso de no mediar los errores de Mista, un ex rojiblanco, primero en un mano a mano con Leo Franco y más tarde desde los once metros.

En cambio el Atlético, de un posible 3-0 en contra, pasó a recortar la desventaja gracias al tanto del canterano y debutante Abreu tras un saque de falta de Luis García. El correctivo era menor para los rojiblancos, pero en la segunda mitad el guión tampoco cambió en exceso.

Los de Lotina controlaron, máxime cuando a media hora del final el canterano Diego Costa fue expulsado por agresión. Desde entonces el dominio deportivista fue absoluto, pero no se pudo traducir en más goles. No obstante el triunfo estaba garantizado a la conclusión del choque y el Deportivo pudo quedarse con ''su'' trofeo una edición más.