En el descanso del Gamper, Txiki Begiristain volvió a dejar claro que la plantilla del Barça para la próxima campaña no está cerrada. "La puerta sigue todavía abierta". Lo está porque Josep Guardiola sigue insistiendo en que quiere un jugador de ataque por la izquierda que compense la otra banda, propiedad de Leo Messi.
Descartado definitivamente el valencianista David Silva, ese hombre tiene nombre: Diego Capel, el delantero del Sevilla, que acaba de ser convocado para la selección española por Vicente del Bosque y que viene de hacer una excelente pretemporada con su equipo... a pesar de que el viernes fue expulsado en el Trofeo Carranza y tuvo un rifirrafe con Viera, portero del Villarreal.
Las intenciones del Barça pasan convencer al Sevilla, que considera intransferible al jugador. Esto quiere decir que Joan Laporta y su tesorería deberían apelar a la cláusula de rescisión, que asciende nada menos que a 15,6 millones de euros. Ya ha habido negociaciones entre ambos clubes y ahora se trata de que una parte convenza a la otra por el precio a pagar. Lo que está claro es que la oferta del Barça al propio jugador está por encima de lo que percibe en el Sevilla.
El extremo zurdo declinó hacer comentarios, como ya lo hizo hace unas semanas, cuando trascendió que Juande Ramos lo pretendía para su Tottenham. Lo cierto es que el equipo inglés ofreció entonces 16 millones de euros por él, pero el traspaso no se produjo.
Curiosamente, si Capel acabase en el Camp Nou no sería la primera vez en que vestiría de azulgrana: estuvo en los infantiles del Barça, pero añoraba a su familia y pidió desvincularse del club y volver a Almería con su familia.
Arshavin y Rodrigo Palacio, no
Tras no conseguir el fichaje de David Silva, el Barça volvió a reactivar sus contactos por tres jugadores: Andrei Arshavin, Rodrigo Palacio y Diego Capel. No obstante, en cada uno de los tres casos se daban dificultades. En el caso del argentino de Boca Juniors, por una cuestión de consenso en la secretaría técnica del club; en el del ruso que brilló en la Eurocopa, el tema era más bien económico: el Zenit de San Petersburgo pidió 25 millones de euros, cuando el Barça apenas ofertaba 15. Esta cantidad es, poco más o menos, el valor de la cláusula de Capel, por lo que el dispendio azulgrana no sería tan desmesurado y se adecuaría al presupuesto.
