El Depor no se rinde y remonta

Teresa Herrera | Deportivo 2 - Cruz Azul 1

El Depor no se rinde y remonta

El Depor no se rinde y remonta

Vigneri puso el miedo con su gol Juanan abrió el camino. Mista buscó sus primeras sociedades. Espera finalista para luchar por otra Torre de Plata

El Deportivo jugó ayer con fuego, pero no se quemó y peleará mañana con Atlético o Sporting en la final del Teresa Herrera por su decimosexta Torre de Plata (novena consecutiva). El equipo coruñés no estuvo lúcido en la creación y en la definición, pero en los últimos quince minutos logró remontar el gol inicial de Vigneri. Lotina apostó por los menos habituales y, aunque intentaron ponerle intensidad al partido, les costó y sólo en el arreón final pudieron superar la muralla de un Cruz Azul que no le perdió la cara al partido y cayó con mucha dignidad.

Era casi imposible que la frialdad que transmitían las gradas no afectase al espectáculo en el terreno de juego. El Cruz Azul se fió desde el inicio del partido al ritmo casi siempre cansino del fútbol americano y si se atiende al resultado de la primera parte, le funcionó. Todos los condicionantes hacían prever que al Depor le iba a costar bastante entrar en calor y así fue. Aún así las adversidades no hicieron mella en el ánimo de los examinados por Lotina, que en los primeros minutos tenían más voluntad que acierto en su fútbol. La fortaleza y presencia de Juan Rodríguez y la movilidad de Pablo Álvarez fue de lo poco rescatable en los primeros minutos, pero poco antes de la media hora el juego de ataque del Deportivo empezó a funcionar y el responsable, para bien y para mal, fue Mista.

Al murciano aún le pesan física y psicológicamente los dos años de inactividad que tuvo en el Atlético, pero ayer se hizo notar en el terreno de juego durante esta fase del encuentro. Su primera aparición fue un disparo desde la frontal, casi a la media vuelta y sin aparente peligro, pero sirvió para animar a sus compañeros. Esta acción es una buena muestra del Mista que se puede ver hasta ahora, al que por momentos le puede la ansiedad. Las siguientes jugadas le sirvieron para serenarse y demostrar que puede acabar siendo la referencia en ataque. Fue protagonista de una doble pared con Verdú que inquietó a Gutiérrez y de otras jugadas interesantes asociándose con Cristian. Justo cuando el Deportivo estaba empezando a recuperar las buenas vibraciones y a dar sensación de peligro con una apuesta de fútbol por banda, llegó el zarpazo del Cruz Azul.

Error y gol.

Piscu lleva algo menos de un año en el primer equipo del Deportivo y su gran virtud en estos meses es que ha sido consciente de sus cualidades y de sus limitaciones, y nunca había intentado hacer algo en el terreno de juego para lo que no estuviera capacitado. Ayer, aunque sólo fue por unos segundos, se olvidó de lo que le ha hecho ser uno de los candidatos de Lotina a ser titular en Liga.

Le llegó un balón franco que podía haber jugado a banda o incluso con algunos de los mediocentros, pero decidió recortar al paraguayo Zeballos. Ahí se complicó, perdió el balón y de ese error se aprovechó Vigneri. El fallo fue tan clamoroso y decisivo como magnífica fue la definición del delantero uruguayo del Cruz Azul. Recibió el balón tras el robo de Zeballos, se fue en vertical hacia la portería, recortó con clase a un Juanan que llegaba a la desesperada y batió a Aranzubia con un disparo raso cruzado. Ese gol marcó el resto de la primera parte, ya que al Deportivo no le dio tiempo a recuperarse del golpe e incluso pudo ser peor, porque Zeballos intentó aprovecharse de un error de la defensa al tirar el fuera de juego, pero su mal primer control le dejó sin opciones.

Lotina apostó por el mismo guión en el inicio de la segunda parte y, como era de esperar, el partido apenas cambió. El síndrome del Hajduk (mucha posesión, pero poca pólvora y claridad para hacer daño en el área) continuó, pero con el paso de lo minutos el Depor se rehizo, apretó los dientes, encontró algo de claridad con Valerón y el Cruz Azul empezó a sucumbir. Juanan inició la remontada con un tanto de cabeza, que fue un regalo de un Gutiérrez muy nervioso, y Sergio la culminó marcando un penalti que forzó un Mista que acabó vaciándose sobre el césped. El Depor sufre, pero no se rinde y gana: quiere otro Teresa Herrera.