El Valencia sueña; el Madrid calcula

SUPERCOPA | IDA | VALENCIA 3-REAL MADRID 2

El Valencia sueña; el Madrid calcula

El Valencia sueña; el Madrid calcula

AP

El equipo de Emery se impone al de Schuster en un partido de ida y vuelta que deja la Supercopa en el aire hasta el próximo domingo en el Bernabéu

En el minuto 11, Casillas ya había parado tres balones. Uno, el primero, tras un remate de Villa que pilló a la defensa bailando, a esa retaguardia con Salgado, Heinze, Javi García y Torres que tantos comentarios suscitó durante toda la pretemporada. Otro, el segundo, tras un rebote en Míchel Salgado que se fue envenenando hasta que encontró la mano del santo de Viena. El último, el tercero, tras otro remate de Villa solo en el centro del área. Era fuera de juego, pero el ángel de Móstoles retuvo el balón para dejar claro que tras las largas vacaciones había vuelto y lo había hecho como siempre.

Tres flotadores del portero en 11 minutos. Lo de siempre. Parecía como si no hubiera pasado el tiempo, como si la vida siguiera igual, que cantaba el otro. Y la verdad es que sí, que la vida sigue igual para el Real Madrid en este principio de temporada. Un portero soberbio, una defensa remendada que necesita muchos ajustes y un Diarra multiplicado y colosal en el quite. De ahí para adelante, una pegada descomunal que no se hizo esperar.

Dispuso Schuster para este primer partido oficial a De la Red por delante con una línea de tres formada por el nuevo, el de siempre y el regresado: Van der Vaart, Raúl y el animoso Robinho. Arriba, Van Nistelrooy. Con todo esto y sin apenas haber llamado a la puerta se puso el Madrid por delante. Un pase de De la Red, una bola acomodada por el holandés, un tiro cruzado y un gol. Sencillo. Eficaz. El Real Madrid.

El gol atemperó los ánimos del Valencia, que se había presentado en esta Supercopa con Emery en el banquillo y sin novedades en el terreno de juego. Bueno, sí estaba Albelda lo que, tras el infierno de la temporada pasada, sí se podría considerar novedad. Y se nota la mano del técnico en este nuevo/viejo Valencia, un equipo que ha recuperado el orden y, parece, la calma, al menos en los 105x70. Un orden que no le sirvió de nada durante un primer tiempo en el que se amargó la existencia con el festival cantarín de Hildebrand -el Valencia necesita un portero como el comer- y las facilidades que dio al Madrid entregándole el balón.

Cambio de guión

El guión cambió totalmente en el segundo sector del partido. Cierto que el Madrid bajó el pistón, ligeramente confiado con la comodidad del primer tiempo, pero no menos verdad fue que el Valencia dio un paso adelante. Así, en tres minutos eléctricos le dio la vuelta al encuentro. Primero con un zurdazo de Mata. Después con un cabezazo de Villa. Como para no creéselo. Ni unos ni otros.

La tesitura obligó a Schuster a mirar al banquillo, donde algunos ilustres andaban sentados. Los cambios resultaron balsámicos. Fuera Salgado y Robinho, Sergio Ramos dio entereza a la retaguardia y Robben revolución a la vanguardia. Una finísima escapada del holandés por la banda encontró la línea de fondo de Mestalla y a Van Nistelrooy en el lugar donde ponen los manuales que va a ir el pase de la muerte. Segundo para Van the Man, que suma y sigue. Segundo y tranquilidad para el Madrid, que volvió a meterse en el partido para intentar no irse más. No contaba, eso sí, con un Vicente con ganas que tuvo la picardía de picar el balón en la cara de Casillas para hacer el tercero y dar una victoria al Valencia que alimenta sueños. Al menos hasta el próximo domingo en el Santiago Bernabéu. Continuará.