Dentro de lo malo, lo bueno que tuvo el encuentro en A Malata para el Zaragoza es que ya sabe de primera mano lo que va a esperar a partir del día 31 de agosto. Muchos lo venían avisando, pero no es lo mismo que te lo cuenten o verlo por la tele que vivirlo en primera persona. En un ambiente de presión ambiental casi constante y de entradas rivales más que duras, el equipo se vino abajo.
Pide Marcelino desde que cogió al grupo presión en la salida del contrario, contragolpes rápidos y un buen dominio del centro del campo. Aspectos que ayer apenas se le intuyeron al Zaragoza, un equipo embarullado, impreciso y plano que se vio superado por un Racing el que Lamatina y Marcelino hacían lo que querían con los cuartos traseros aragoneses. Lamatina y Juan avisaron antes de que el primero le robara la sombra a Sergio para el 1-0. El Zaragoza ni se inmutó.
La segunda parte dejó en evidencia a la defensa. Ayala dejó un balón muerto en el área y Gustavo batió a López Vallejo. Tocado y hundido, el Zaragoza siguió noqueado por un Segunda B. Sólo al final tuvo un arranque de orgullo. Oliveira y Sergio García lograron el empate y Goni anotó el gol ganador en el minuto 92. Una remontada que no hace olvidar el mal sabor de boca.