De un temeroso "Luis, quédate", a un atrevido, "García, vente pronto" hay más de 1.000 kilómetros, una hora y media de vuelo y dos aficiones que viven sueños más bien contrariados. Si a primera hora del día el asturiano se cruzó con muchos aficionados blanquiazules en el aeropuerto de El Prat suplicándole que no deje la institución barcelonesa, a mediodía eran varios adeptos al Benfica que siguen soñando con que finalice el culebrón del verano y el delantero acabe enfundándose la camiseta roja del águila Vitoria.
Luis García ya es una estrella en Portugal. Además de por sus cualidades futbolisticas, el atacante se ha ganado un puesto de lujo entre los mediáticos del país vecino. Más de 20 periodístas aguardaban desde bien entrada la mañana en la salida de vuelos internacionales del aeropuerto lisboeta. Pretendían hacerse con una instantánea del delantero, al que intentaron sonsacar unas declaraciones que nunca llegaron a producirse.
Acompañado de Iván de la Peña, Raúl Tamudo y el fisio Manolo González, Luis salió de recoger su equipaje. Lo hizo sabiendo la que le caería encima (estaba avisado), pero sigue en sus trece de no querer abrir la boca y esperar a ver qué es lo que sucede. Mientras Rui Costa (director deportivo del Benfica) estaba en Madrid tratando de cerrar la cesión de José Antonio Reyes, el futbolista blanquiazul le daba más morbo al serial, pisando terreno portugués por primera vez desde principios de junio, cuando AS desveló las intenciones de Quique Sánchez Flores por contratar al delantero españolista.
Pese a que en Portugal son abonados a la especulación y al morbo puro y duro, las negociaciones están paradas. Dani Sánchez Llibre y compañía se conformarían con diez millones de euros, cifra que está cerca de conseguir el equipo de trabajo de Luiz Filipe Vieira, pero al que le quedan unos miles de euros por reunir. Pese a todo, hay más de uno que está convencido de que Luis García cabará marchando. Tiene un acuerdo con los capitalinos, pero el delantero es tan serio en el campo como profesional fuera de él. Sabe que se debe a la blanquiazul, la camiseta que lo ha hecho grande e importante en un país que necesita de grandes futbolistas.
