Osasuna soterró por la vía rápida las posibilidades de un nuevo éxito del Barakaldo. Dos genialidades del fornido ariete rojillo Sola y Oier Sanjurjo bastaron para poner muy cuesta arriba el tanteador. El Barakaldo apenas traspasó la línea divisoria en los primeros 45 minutos, y ni siquiera disparó a puerta en toda la primera mitad.

En el segundo periodo, con el carrusel de cambios, el encuentro se descafeinó aún más. Hubo mucho centrocampismo y ausencia de oportunidades, salvo el tanto de Portillo. Ezquerro debutó como rojillo. ­