La operación del verano sigue complicándose hasta el punto de que ayer la Junta Directiva, que finalizó pasadas las diez de la noche, llegó a la conclusión de que va a ser "muy difícil" traer al Madrid a Cristiano Ronaldo. El portugués, a través de su agente Jorge Mendes, ha tranquilizado a la cúpula madridista y les ha dicho que la próxima semana volverá a Manchester y se reunirá con Ferguson para decirle a la cara que quiere irse. Pero Calderón y Mijatovic saben que la decisión de David Gill y de Ferguson de no negociar es a día de hoy "definitiva", lo que impide ser más optimistas.

El técnico escocés espera que el jugador vuelva a Inglaterra el próximo lunes para resolver su futuro en Old Trafford. La duda pasa por saber si su primera escala será en Lisboa para someterse a un examen médico antes de coger un vuelo a Manchester.

Pero el Madrid se está cansando de esperar y más analizando el precio de la operación, no menos de 85 millones de euros, que las encuestas apoyan el Plan B (Van der Vaart y Villa) y la armonía de la plantilla de Schuster, que podría verse alterada con la llegada del crack de los red devils. Mijatovic también es de la opinión de que es absurdo hacer locuras con el bloque tan comprometido que maneja el alemán. La sensación de ayer tras la Junta es que lo de Cristiano empieza a ser "inviable".

Réplica. Volviendo a Ferguson, ayer contestó a Joseph Blatter: "Ya sé que la esclavitud fue abolida hace muchos años. Es un comentario desafortunado para alguien que ocupa una posición tan importante como la suya. Algunos jugadores cobran seis millones de libras al año...". Peter Kenyon, director ejecutivo del Chelsea, se puso también del lado de los red devils: "Cumplir los contratos es una cuestión muy importante para el fútbol".