Francesc Arnau e Iñaki Goitia son dos grandes porteros que tienen importantes trayectorias a sus espaldas. Pero nada hubiera sido igual si en dos momentos clave de sus respectivas carreras, no hubiese aparecido la figura de Antonio Tapia. "Ha sido bastante importante en mi carrera, en la época anterior que tuvo en el Málaga. Era una situación complicada, terminaba contrato y quedaban seis meses. Él entró, me hizo jugar, pude renovar. En gran medida fue gracias a él. Cuando estuvo siempre me puso. Venía de una lesión, prácticamente no había entrenado a tope y me puso. Las cosas salieron bien, pero ahora es vuelta a empezar", dijo Arnau. Tapia sentó a Juan Calatayud, ídolo efímero de la masa malaguista. Una decisión "valiente", admite el propio Arnau.

Doble importancia tuvo también para Goitia. Primero, en el filial. Tapia le hizo titular aunque para ello hubo de sentar a otros dos hombres de la casa: Lara y Francis Solar, que había sido internacional Sub-18. "Tapia es un hombre que me encontré cuando llegué a Málaga. Esta es la cuarta pretemporada con él y es un hombre de la tierra, conoce bien la filosofía de la entidad. Me dio la oportunidad de jugar a mitad de temporada y por suerte para mí, la acabé jugando", relata Goitia, al que Tapia hizo saltar a Primera: "Cuando le dieron la oportunidad de iniciar la temporada con el primer equipo, apostó por mí. Ha influido mucho en mi carrera deportiva. Le estoy muy agradecido a él y a mucha gente que te aporta cosas. He aprendido muchas cosas de Antonio".

El destino ha vuelto a unirles a los tres. Ahora Tapia tendrá que elegir entre dos hombres que le deben mucho. Y en los que confía plenamente.