No estaba en los planes iniciales del Barcelona contratar a un jugador de más cartel que Daniel Alves. Esa era la nueva política deportiva implantada por el vicepresidente Marc Ingla con la aprobación del presidente, Joan Laporta. Pero eso fue antes del voto de censura, en el que la directiva salió malparada con una contundente derrota en el recuento (60,6 por ciento en contra), y de la dimisión de ocho miembros de la junta. Ahora, a menos de un mes para el debut en la ronda previa de la Champions League, Laporta aprieta a sus ejecutivos y al nuevo vicepresidente deportivo, Rafael Yuste, para que consigan la contratación de un jugador de renombre.

El presidente, que someterá su continuidad en el cargo a la aprobación de la asamblea de compromisarios, confía en que un nueve de los que viene persiguiendo el Barça (Emmanuel Adebayor, Didier Drogba, Dimitar Berbatov, Andrei Arshavin) sirva para decantar la votación a su favor. Para ello, sin embargo, deberá vender antes a Samuel Etoo, por quien el club espera ingresar la mayor cantidad posible si lo coloca en uno de los equipos de los que él dice tener ofertas.

Sigue abierta la opción por Silva

Las conversaciones para que el Barça incorpore al centrocampista David Silva, del Valencia, no están cerradas. Las posibilidades de que el jugador canario acabe vistiendo de blaugrana no son muchas, dada su alta cotización después de que España lograra la Eurocopa de Austria y Suiza, pero Pep Guardiola ha insistido en su interés en contar con Silva.