Ensayo general contra el Rayo de América

Amistoso | España - Perú

Ensayo general contra el Rayo de América

Ensayo general contra el Rayo de América

Perú mide el músculo de España a siete días de la Eurocopa

El partido de esta noche es algo más que un ensayo general con peruanos. Es el inicio del camino. Desde hoy cuentan hasta los estornudos, porque cualquier gesto nos vale para una tesis doctoral. Si goleamos se nos disparará la ilusión y habrá que echarla un galgo. Si ganamos sin presumir se dirá que esto era un experimento, que paciencia. Cualquier otro resultado tendrá graves consecuencias en nuestras frágiles esperanzas y en la venta de televisores con descuento.

El rival es Perú, 61º selección del mundo según la clasificación de la FIFA, que coloca cuarta a España, tras Argentina, Brasil e Italia. La estricta aplicación del ránking nos haría subcampeones de Europa, pero no se descorchen porque esta puntuación indica recursos, no posesiones.

Y Perú es un buen ejemplo de selección con más solera que puntos FIFA. Ha ganado dos veces la Copa América (1939 y 1975), lo que supone un mérito colosal para quien se juega torneos y clasificaciones con Brasil, Argentina, Uruguay y otros. En ese entorno se entienden los amargos lamentos del escritor peruano Jaime Bayly: "No es justo que Brasil juegue con once, deberían ser ocho nomás".

Y ha sido precisamente un partido contra Brasil el que ha marcado la fisonomía del Perú actual. El pasado noviembre los peruanos empataron a uno en el Monumental de Lima contra los brasileños. Para celebrarlo, Pizarro (Chelsea), Farfán (PSV), Acasiete (Almería) y Mendoza (Steaua) organizaron una fiesta en el hotel de concentración, donde el equipo preparaba el siguiente compromiso ante Ecuador. No dejaron nada en pie: acabaron con los licores, con las muchachas y con el mobiliario. En consecuencia y "por traicionar la bandera" han sido excluidos de la selección durante 18 meses (hasta mayo 2009) y sancionados con una multa conjunta de 80.000 dólares.

Misión.

Los jugadores que se acostaron pronto pelearán ahora la clasificación para el Mundial, hazaña que no se logra desde España 82. Y no pinta bien. Perú suma dos puntos en cuatro partidos y se juega la vida contra Colombia (Lima, 14 de junio) y Uruguay (Montevideo, 17). Eso es lo que hay en la cabeza de rival.

España tiene otras preocupaciones y cuando escribo España quiero decir Luis, que es nuestro representante en esta Eurovisión. La primera cuestión tiene relación con el ajuste táctico. A siete días de la Eurocopa, Luis probará con un 4-4-2 que reúne en el medio campo a Iniesta, Xabi Alonso, Xavi y Silva, con Villa y Torres por delante. Sin nada que discutir en la parte de atrás, ahí se concentra el meollo del equipo, el cerebro y el corazón, las maneras y el carácter.

Los problemas a solucionar son varios. La España del toque no favorece a delanteros veloces que mejoran con los espacios y el contragolpe, los titulares y los suplentes. Y también perjudica a Cesc, que necesitaría una mochila de piedras para acomodarse a ese ritmo. No obstante, el dilema podría transformarse en oportunidad. En lugar de una España, dos. El toque de entrada y el vértigo de salida: Cesc, Cazorla, Sergio García...

A la espera de esa revelación, el dibujo de la Selección española se asemeja al del Real Madrid, y que Luis me perdone. La banda derecha es de Ramos porque Iniesta hace una ocupación simbólica; el flanco izquierdo está más poblado y Villa ejerce de siete, ya no diré más.

Bajas.

Perú hará de Rusia, con la que se le encuentran parecidos tácticos y contra la que debutará España el 10 de junio. Pero el equipo de Chemo del Solar (ex del Tenerife, Salamanca, Celta y Valencia) tendrá difícil recordar su perfil. A las bajas verbeneras se suman las de Vargas (Catania) y Zambrano (Schalke). En esas condiciones, Guerrero (Hamburgo) es el referente.

Perú, a la que podemos llamar el Rayo de América, por el uniforme y por la opulenta vecindad, comparte objetivo emocional con la selección española: ganarse la confianza de un país, la ilusión y la esperanza. Ese es el trofeo del partido.