Agüero vale la Champions

Primera | Espanyol 0 - Atlético 2

Agüero vale la Champions

Agüero vale la Champions

Gran primera parte del Kun y Forlán. El uruguayo volvió a marcar. El Espanyol sigue en crisis y lejos de la Intertoto. La afición abucheó a los pericos

El fútbol, como se juega al fútbol, depende de un estado de ánimo. Cada día lo tenemos más claro. Y no porque el ejemplo del Madrid-Barça lo haya puesto más que nunca de manifiesto. En el resto del universo de los partidos sucede igual, también anoche en las antípodas del Bernabéu, en el gélido Montjuïc. El Atlético de Madrid fue un cañón cargado con pólvora de Champions. El Espanyol fue eso mismo hace unos meses, y ahora es un equipo descompuesto, con un vestuario incapaz de conocerse y un entrenador desconcertado y desconcertante. Y con la Intertoto imposible. En fin, que el Atlético pisa fuerte por regresar a la verdadera elite del fútbol europeo. Los pericos vuelan hacia ninguna parte.

En sólo seis minutos, Kun Agüero se las apañó para desmontar cualquier resquicio de esperanza de éxito en el experimento de defensa perica. David García, improvisado central, perdió la primera con el yerno de Maradona y ya no volvió a ganar ninguna más. Mientras el argentino esperaba su media ocasión para meter el primero, Clos Gómez pudo tragarse un penalti por manos de Pablo en área propia. Montjuïc, ya lo dijimos antes, no es el Bernabéu ni tampoco el Camp Nou. Sigan, sigan dijo el aragonés. En el 26', la porfía de Ignacio Camacho tras el servicio de un córner provocó ese 0-1 casi prometido. De la lucha de esta perla salió la bota del Kun para batir desde cerca a Lafuente.

Un Espanyol sin columna (Kameni-Jarque-Moisés-De la Peña-Tamudo) es mucho menos Espanyol del que lució hasta hace no tanto tiempo. Ahora ni siquiera tiene suerte en los rechaces. En uno de ellos, malo, muy malo de Lafuente, Diego Forlán se animó para marcar el segundo y desquitarse de su mini racha negativa. Valverde pudo darse la vuelta y ver a Kameni vestido de blanco en la grada, sano y enfadado.

Pasada la media hora, el Atlético había matado el choque por la vía del cloroformo sin ni siquiera pegar de verdad, pena de Espanyol, blando de piernas y con su rincón en pie de guerra. Ahí, en ese rincón, la Curva Jove ya le estaba dando la espalda, el boicot prometido convertido en un juicio sumarísimo con difícil vuelta atrás.

La volea de Maxi. Superado el trance del descanso, el Espanyol encontró la compasión colchonera en un partido que ya no tenía ninguna historia. El encuentro se convirtió entonces en un ir y venir desangelado, plagado de cabalgadas inútiles por parte de todos. Escogieron el escenario ideal, un Estadi Olímpic que nunca debió convertirse en un campo de fútbol. Porque allí, cuando este deporte se olvida de las porterías, cualquiera puede sentirse como Fermín Cacho en aquella final olímpica de 1992, cuando el Espanyol jugaba en Sarrià y Tamudo y Agüero eran todavía proyectos de futbolistas. En aquel campo, las victorias y las derrotas eran de verdad. Aquí, en Montjuïc, todo parece artificial.

El encuentro murió a ritmo de cambios y de bronca en la grada. ¡Ojo! Hubo alguien que rompió el tedio. Fue Maxi Rodríguez, que jugó de blanquiazul y ahora es atlético. Su volea cruzada en el 78' hizo temblar la portería de Lafuente. Es inevitable pensar en aquellas palabras que dijo La Fiera en su etapa de blanquiazul. "El Espanyol es mi trampolín hacia un club grande". Por lo visto ayer debía tener razón. El único tiro a puerta de los locales lo hizo Luis García al poste.

Esta Liga se ha acabado para el Espanyol. No hace falta hablar más sobre tácticas ni sobre si se necesitan fichajes. La renovación llegará por si sola. El presidente aguantará a Ernesto Valverde hasta que el cuerpo aguante. El de los dos. Pero es que el Txingurri ha perdido tanto crédito que nadie le puede asegurar ahora mismo que si en septiembre siguen igual vaya a llegar vivo al mes de octubre.

En la otra esquina, la del Atlético, la fiesta seguirá diez días más. Son los que le faltan para meterse en la Champions. La segunda parte que paseó ayer deja claro que lo del domingo ante el Deportivo se considera la verdadera final de la temporada. El encuentro de anoche será para siempre considerado un prólogo malo y con un rival noqueado desde hace meses.