El Reyno de Osasuna contra el reino del líder

Primera | Osasuna - Real Madrid

El Reyno de Osasuna contra el reino del líder

El Reyno de Osasuna contra el reino del líder

Portillo, el ariete local para evitar el alirón del Real Madrid

Dominar el tiempo, controlarlo. Ajustar las celebraciones con el anticiclón, hacer coincidir la ocasión perfecta con la camisa favorita y la fiesta con el bronceado ideal. A eso aspiramos, vanamente. Menos cuando nos atropella la realidad y nos basta con respirar. Real Madrid y Osasuna. Uno esconde el champán y otro disimula la agonía.

Antes del encuentro, el líder sabrá con qué resultado se proclama campeón de Liga. Le basta, lo habrán oído mil veces, con igualar lo que haga el Villarreal contra el Getafe, allá en El Madrigal. Ese partido lejano también importa a Osasuna, porque mide la ferocidad de su enemigo.

Así que es muy probable que mientras los interesados se anuden las botas, alguien les informe, quizá distraídamente, de ese marcador, tiempo de juego y resultado, y es muy posible que nadie levante la vista siquiera, como si aquello no tuviera ninguna influencia, porque sólo vale gana, ganar y ganar, y volver a ganar. Luis es sabio.

Ziganda, que le apodan Cuco, entrenó ayer a puerta cerrada y oculta el equipo titular. Se intuye la presencia del ex madridista Portillo como solución de emergencia. Hasta el momento apenas ha tenido oportunidades (17 partidos, ocho veces titular y dos goles), lo que se explica mal si se tiene en cuenta la falta de pólvora del equipo. Dady, el máximo anotador de la temporada, no pasa de los seis goles.

La situación de Osasuna es delicada porque a los veteranos de la plantilla les sobra un año y a los jóvenes les falta otro. Azpilicueta (18 primaveras), Vela (19), Sola (22), Monreal (22) y los Flaño (23) son buenos ejemplos de la peligrosa juventud de un equipo que se maneja con las edades de un filial. Sólo el checo Plasil (26) da la impresión de encontrarse en el nivel adecuado de madurez. Por eso es tan importante para Osasuna superar este trance y asegurarse el presente, porque tiene futuro.

En el Madrid hay cambios. La lesión de Guti (esguince en la rodilla izquierda, la de las 13 asistencias) y el regreso de Cannavaro reconstruyen el equipo de la manera en que lo hubiera hecho Schuster por tratarse de un campo belicoso. Con Heinze desplazado en la izquierda, el equipo recupera la defensa del Camp Nou. Por otro lado, la entrada de Diarra fortalece el medio campo. Arriba, la duda entre Robinho y Robben podría resolverse en favor del brasileño, aunque Schuster no dio pistas en conferencia de prensa.

Van Nistelrooy, recuperado totalmente de su operación en el tobillo derecho (sinovitis crónica), estará en el banquillo y se espera que disponga de minutos a lo largo del partido. En su ausencia, el Madrid ha mantenido el ritmo ganador: diez victorias, un empate y dos derrotas.

El árbitro, Medina Cantalejo, también tiene foco. Osasuna ha sido perjudicado en al menos siete partidos y de allí salen los puntos que ahora le faltan para ser feliz. Además, el equipo de Ziganda es el más perjudicado por los penaltis: siete en contra y dos a favor. (cinco a favor y tres en contra para el Madrid). Y los navarros tampoco han recibido una consideración especial con las tarjetas: nueve de sus jugadores han sido expulsados (por cinco del Madrid).

Ambiente.

Se entiende, por lo tanto, que Pamplona esté en pie de guerra contra los árbitros. Ese maltrato y la proximidad del descenso han movilizado a los aficionados, que durante la semana han querido apoyar al equipo en los entrenamientos en Tajonar. Osasuna cumple su séptima temporada consecutiva en Primera (30 en total) y el trayecto incluye una participación Champions.

El desafío es considerable. Osasuna no gana en su estadio desde el 9 de marzo (2-1 al Almería) y acumula tres derrotas consecutivas en sus últimas apariciones. El Madrid, a cambio, aporta unos números deslumbrantes y está a un solo punto de los 76 que logró con Capello la pasada temporada.

Ziganda mencionó ayer "el club y la comunidad". Hoy alineará a seis navarros. Hay quien teme al estadio, pero quien ruge es la gente. Ningún equipo ha cantado el alirón en Pamplona, pero el Madrid va por partes. Primero salvar la garganta. Luego, entonar.