Locura en Anfield

Liga de Campeones | Liverpool 4 - Arsenal 2

Locura en Anfield

Locura en Anfield

AP

El Liverpool se cuela en las semifinales de la Liga de Campeones por tercera vez en los últimos cuatro años. A siete minutos de la conclusión el equipo clasificado era el Arsenal, pero un final de locura dio la vuelta a la eliminatoria. Fernando Torres hizo de las suyas y anotó otro tanto que quedará para el recuerdo. El crecimiento del de Fuenlabrada no tiene techo.

El Liverpool afrontaba el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones con todo a favor: el resultado de la ida, atravesar un mejor momento que su rival y, lo que era más importante, jugar en Anfield. El estadio de los "Reds" se convirtió en una caldera a presión para el decisivo encuentro ante el Arsenal. Tras el empate en el Emirates Stadium las espadas quedaron en todo lo alto. Benítez y Wenger salieron con todo el arsenal ofensivo disponible en busca del billete a semifinales. Torres y Cesc eran, una vez más, los hombres a seguir.

El Arsenal sorprendió con un inicio de partido eléctrico saliendo totalmente volcado al ataque y poniendo en serios apuros al Liverpool en las acciones a balón parado. La superioridad de los "Gunners" en el centro del campo le sirvió para manejar a su antojo a los locales en el primer tramo del encuentro y para adelantarse en el marcador. El francés Diaby batió a Reina con un disparo desde dentro del área en el que el guardameta español pudo hacer algo más. El gol trasladaba toda la presión a los de Benítez.

El fútbol primoroso que ofrecía el Arsenal logró desarbolar por completo al Liverpool, que se veía desbordado una y otra vez con cada embestida de los de Wenger. Hubo que esperar al minuto 23 de partido para ver el primer acercamiento local al área rival. Fabio Aurelio disparó muy desviado.

Un centro envenenado del brasileño acabó siendo despejado por Almunia a saque de esquina en lo que fue la antesala del empate. Gerrard se encargó de poner el balón en juego para que Hyypia lo colocara en la escuadra con un perfecto remate de cabeza que sirvió para igualar la eliminatoria. Contra todo pronóstico el Liverpool resucitaba.

El gol del empate trastocó todos los planes del Arsenal. Los hombres de Wenger sufrieron un notable bajón en la intensidad de su juego y acabaron renunciando al control del balón. Fue entonces cuando el Liverpool despertó y se hizo con el dominio logrando dar la vuelta a una situación más que delicada. Los "Gunners", ante el agobio de su rival, acabaron pidiendo la llegada del descanso. La emoción estaba servida para la segunda mitad.

El Liverpool ataca y Torres resuelve

El espigado Crouch fue el primero en intentarlo tras la reanudación. Tras una serie de rechaces en la frontal del área, el disparo del delantero inglés fue atajado por Almunia. Los primeros minutos del segundo acto dejaron bien claro que el Liverpool no estaba dispuesto a dar respiro alguno a su rival. Los locales salieron decididamente al ataque buscando un segundo tanto que les diese la tranquilidad necesaria para hacer su fútbol.

Ante la avalancha local, el Arsenal respondió encerrándose en su área. El dominio de los "Reds", basado en la paciencia, el toque preciso y la presión, era absoluto. Eboué estuvo cerca de romper el guión previsto por tercera vez en la noche con un disparo escorado que se fue fuera tras una buena jugada del conjunto visitante.

Rebasado el cuarto de hora apareció por primera vez Fernando Torres, y lo hizo haciendo uso de su efectividad goleadora que está sorprendiendo a toda Europa. Tras un centro al área, que prolongó con la cabeza Crouch, el balón acabó en las botas del de Fuenlabrada, que se revolvió de manera espectacular para clavarla en la escuadra izquierda de Almunia. La acción del delantero español provocó que Anfield se viniese abajo.

Final de locura

Lejos de conformarse y defender el resultado, el equipo de Benítez continuó atacando en busca de una tercera diana que sentenciara la eliminatoria. Los "Reds" eran conscientes de que renunciar al ataque sería lo más parecido a un suicidio colectivo debido al peligro de los atacantes de su rival.

Fue entonces cuando apareció un jugador con una proyección descomunal, Walcott. El inglés se pegó una galopada tremenda con la que atravesó todo el terreno de juego para servir en bandeja el tanto del empate a Adebayor. Anfield enmudeció.

Pero en Anfield todo es posible, y así fue. En la jugada siguiente al gol del empate Babel fue derribado dentro del área por Touré de forma absurda. El capitán Gerrard, como no podía ser de otro modo, tomó la responsabilidad. Lanzó y marcó. La locura volvió a las gradas de Anfield. Los intentos del Arsenal por hacer la machada tuvieron el efecto contrario. Babel hacía el cuarto gol casi en solitario tras una jugada en la que todos los hombres visitantes subieron a rematar de forma desesperada en lo que iba a ser su última oportunidad del encuentro.

El Liverpool enfila de este modo el camino hacia la final de la Liga de Campeones. El Chelsea de Drogba será su último escollo antes de plantarse en la que sería su tercera final en los últimos cuatro años.