El entrenador del Sevilla, Manolo Jiménez, ha asegurado que con el Atlético de Madrid, rival de los sevillistas el sábado en un partido con la cuarta plaza en juego, "hay pique deportivo, porque se trata de dos conjuntos que aspiran a cosas similares".

Jiménez prevé que el choque ante los rojiblancos será "difícil e igualado" aunque ha mostrado su deseo de que "el estadio sea una fiesta y se termine cantando campanilleros", una marcha típica de la Semana Santa sevillana.

En cualquier caso, el técnico de Arahal ha adelantado que "ninguno de los equipos se va a conformar con el empate", por lo que espera "un partido abierto". Manolo Jiménez ha informado sobre el estado de algunos de sus jugadores tocados y ha dicho, "con las lógicas reservas porque quedan más de dos días para el partido", que el defensa serbio Ivica Dragutinovic "lo tiene difícil" pero que tanto Escudé como Luis Fabiano, que se han saltado algún entrenamiento esta semana "por precaución" deben estar en disposición de jugar.

El preparador sevillista ironizó cuando se le recordó que el último encuentro de enjundia en el Sánchez Pizjuán, frente al Fenerbahçe en Liga de Campeones, se saldó con una gran decepción y ha afirmado que espera que "se dé el mismo resultado que entonces, porque no habrá penaltis y vale con la victoria".

Por último, Jiménez se sumó a la defensa de las tesis del eterno rival que han emitido todos los responsables sevillistas a raíz de la sanción al Real Betis al declarar que "ningún club puede ser responsable de lo que haga una persona individual. ¿Quién puede evitar que alguien tire una botella?".