Cientos de aficionados salieron a las calles de Getafe para celebrar la clasificación, por segunda vez en su historia y de forma consecutiva, para la final de la Copa del Rey.

Los seguidores, que habían abarrotado los bares de la ciudad para contemplar las evoluciones de su equipo en Santander, se dieron cita en los alrededores de la estatua de La Cibelina, lugar habitual de encuentro de los aficionados del equipo azulón cuando celebran algún éxito del equipo, situada en la plaza principal de la ciudad.

Con gritos de "si, si, si nos vamos a Madrid", coros con el nombre de "Casquero, Casquero", autor del gol del empate en Santander, o "Getafe entera se va de borrachera", los aficionados convirtieron en una fiesta la histórica hazaña del conjunto del danés Michael Laudrup.

Durante un largo tiempo, las calles de la ciudad del sur de Madrid escucharon los sonidos de los claxon de los coches, ataviados con banderas y bufandas con los colores del club. La noche puede ser larga en Getafe, ya que los aficionados desplazados a Santander para apoyar al equipo tienen previsto llegar a las cinco de la mañana a la ciudad y acudir a la estatua para seguir la fiesta.