El Barcelona es un amigo

Primera | Almería 2 - Barcelona 2

El Barcelona es un amigo

El Barcelona es un amigo

pozo / fontcuberta / rodríguez

Se dejó empatar en dos córners y está a siete puntos

El Barça es un amigo. Apenado por las poco decorosas actuaciones del Madrid, se solidariza con Schuster y arranca jornadas del calendario, las hace pelotas de papel y las tira a la basura. Ayer tocó en Almería. No es que fuera un partido impresentable, pero el Barça es un equipo abúlico, que ha perdido energía, alegría y grandeza, porque se limita optimizar los esfuerzos y racanea cuando se pone por delante. Por eso le empatan. Por eso, y por el descaro que tiene el Almería, equipo sin complejos que durante un buen rato le discutió el gobierno del balón al Barcelona. Y eso es mucho decir. Para el Barça, el punto es una ruina, porque sigue viendo con los prismáticos al Madrid, al que le consuelan mucho más los vicios de su afamado rival que sus virtudes, también en búsqueda.

Al Barça no le alcanzó ni con el galán Henry, que ya no se mancha la camiseta como en el barro de la Premier, y que entró en escena con una indolencia que era una clara respuesta a su suplencia, pero que cuando se puso en faena le regaló un gol a Etoo y estuvo a punto de hacer otro que salvó una mano firme y milagrosa del hiperactivo Alves. Henry dijo la semana pasada: "Este es el Henry que veréis en Barcelona". Y es una mala copia del que levantó pasiones en el viejo Highbury. Pero todavía es muy bueno. Su aparición en el gol pareció rescatar al Barça y darle color a la Liga. Porque antes, en la primera parte, el Almería había contestado con grandeza al gol de pillo de Bojan, fresco y peligroso pero desubicado en el extremo. El poderío de Melo metió al Barça en un rincón y le golpeó los riñones hasta que empató Pulido. Un gol facturado en el laboratorio de Emery, que no para. Cada córner es una aventura. Cada jugada de estrategia, una peripecia.

Después del 1-2 de Etoo, oportunista pero sin jerarquía, el Almería tuvo dudas. Empezó a faltarle aire. Una versión más reconocible del supuesto equipo de los Fantásticos le hubiese liquidado, pero el Barça se quebró con la expulsión de Milito. Rijkaard reaccionó con Sylvinho, pero para este Barça cualquier contratiempo es un terremoto. Y no lo sostiene. Kalu, que terminaba de salir, coronó la semana feliz de los Uche con el empate y se puso a pegar volteretas. Y con él brincó Almería, que calcula que la permanencia está a cinco puntos. Cociéndose. Bien que la merece el Almería, por su fútbol, por su propuesta. Por el placer de hacer las cosas bien.

Cuando Uche remató, Iniesta ya tenía la cabeza baja. Mirada en blanco. El Barça se quiere muy poquito y lleva toda la Liga haciendo el primo. Por eso sigue a siete puntos y siente que se le va. Y que en Mestalla arderá Troya, y que la Champions es una ruleta rusa. Y hoy Cruyff, escribiendo y golpeando al desasosiego culé.