Schuster lo tiene decidido desde Navidad y se lo ha dicho ahora a Mijatovic: hay que repescar a Granero para la próxima temporada. El alemán está encantado con el rendimiento que ha mostrado el canterano en este año de cesión en Getafe. Por ello, cree que la etapa de adaptación del centrocampista a Primera ya ha finalizado y ahora debe integrar la primera plantilla del Real Madrid.
Schuster entiende que al equipo le viene de maravilla el estilo de Granero (el que ofreció ante el AEK de Rivaldo: entrega, toque, visión de juego, llegada y gol), al que hay que añadir la experiencia que ha adquirido esta campaña al ser indiscutible para Laudrup en Liga y UEFA (y con la Sub-21).
Granero está muy contento con la intención del Madrid de volver a confiar en él: "La ilusión de mi vida es jugar en el Bernabéu. En Getafe estoy aprendiendo mucho, pero me gustaría volver". Sin embargo, pondrá dos condiciones al Madrid cuando le quieran reclutar tras consensuarlo con su padre, Pedro, y su representante, Teo Lázaro. La primera es que el club se olvide de probaturas en pretemporada: si viaja al stage de Austria con el resto de la plantilla será para ponerse en forma con esmero pero con tranquilidad, y no para pasar un continuo examen con la duda de si se queda o vuelve a salir cedido. La segunda es que si regresa es para pelear en igualdad de condiciones por un puesto y no para ser un nuevo Soldado.
Si el club no le garantiza ambas propuestas pedirá que le vuelvan a ceder desde un principio y rogará que no lo hagan, como suelen, al final de la pretemporada cuando los otros equipos han confeccionado sus plantillas y las posibilidades de marcharse se reducen.
Las exigencias de Granero podrían parecer excesivas dada su edad y su poca experiencia profesional pero, después de lo que le tocó vivir el pasado agosto, no le queda otra. Entonces, Granero rechazó ofertas de Inglaterra (Liverpool, West Ham y Bolton, que le ofreció dos millones de euros al año), Italia (Juve) y España (Valencia, entre otros) debido al interés del Madrid en él. Le prometió a Michel en mayo que no se iría. Y así fue: el 17 de julio renovó hasta 2011.
Mal trago. El centrocampista, fascinado por poder cumplir el sueño de su vida, jugar en el Bernabéu, hizo la pretemporada con Schuster. Sin embargo, a falta de dos horas para cerrarse el mercado de fichajes le comunicaron que debía buscarse equipo o se quedaría sin dorsal. Granero cogió su coche y se fue con su agente, en mitad del desconcierto, a Getafe. Allí cerró de urgencia la operación. Primero acordó un traspaso con opción de recompra de dos años para el Madrid pero al final, una llamada de Mijatovic, lo cambió todo: cesión pura y dura. Sabia rectificación.
