Tras el anuncio de la FIFA de que los continentes que acojan los dos próximos Mundiales no podrán recibir los siguientes (lo que elimina las posibles candidaturas de África y de América del Sur, por Suráfrica 2010 y por Brasil 2014), ha comenzado la carrera para organizar el de 2018. La UTE (Unión temporal de empresas) España-Portugal aún no ha roto el cascarón, pero los rivales tiemblan porque la Candidatura Ibérica no para de sumar apoyos. El último ha sido el del secretario general de la Eurocopa 2008, Martin Kallen, que ha dicho que es "un proyecto fantástico".
España-Portugal es el plan que gusta más. Los rivales lo tendrían imposible si los dos países hermanos de la península se ponen de acuerdo. Y además, resulta que sería un buen negocio si tenemos en cuenta el último precedente: Alemania 2006.
La industria alemana se apuntó el mayor éxito del último Mundial, que generó un volumen de negocio de diez mil millones de euros. Pero la Copa del Mundo tuvo otros beneficios indirectos, como el descubrimiento de Alemania como nuevo destino turístico, un filón que hasta entonces no habían descubierto. La locomotora alemana comenzó a pitar con el Mundial, y hoy tira con fuerza de la Unión Europea.
La inversión que habría que hacer para organizar la Copa del Mundo ronda los seis mil millones, pero en el caso de la candidatura Ibérica habría un espectacular ahorro de costes que permitiría más beneficios. Portugal ya hizo el gasto con motivo de la Eurocopa 2004 y España es uno de los líderes en infraestructuras de transporte y hoteleras. El clima y la tradición futbolística en la península no tienen parangón en Europa. Y por si quedan dudas, entre ambos países tienen más estadios cinco estrellas que el resto del continente.
Estas son las razones por las que están preocupados los rivales. China podría ser un competidor, pero organizará los Juegos de Pekín.
Rentable.
Es el problema de Inglaterra, que tendrá los de Londres en 2012. México, otro aspirante, ya ha organizado dos Mundiales. Bélgica y Holanda (apuesta conjunta como la de España y Portugal que ya ha hecho oficial su candidatura) tuvo una Eurocopa en 2000. EE UU y Rusia son los otros, pero ¿cómo dárselo a uno y quitárselo al otro?
Blatter, el presidente de la FIFA, llegó a Madrid con el palo: ("Podría echar a España de la Euro y de la Champions en seis horas"), pero también con la zanahoria: "Me gusta la idea de España y Portugal para el Mundial 2018", dijo. La Federación de Portugal está "entusiasmada con el plan" y la FEF estudia el informe y espera a las elecciones generales del 9 de marzo. Hasta nuestro mejor embajador en Portugal, Camacho, técnico del Benfica, lo apoya: "Entre España y Portugal no hay distancias. Me encantaría un Mundial ibérico".
